dilluns, 19 de març del 2018

34 leoneses en el horror. La muestra del ‘fotógrafo de Mauthausen’ recupera la memoria de los presos leoneses

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La famosa pancarta con la que los republicanos españoles recibieron a las fuerzas de liberación.Ampliar imagenLa famosa pancarta con la que los republicanos españoles recibieron a las fuerzas de liberación.
Fulgencio Fernández | 18/03/2018AA
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LNC DOMINGO La muestra del ‘fotógrafo de Mauthausen’ recupera la memoria de los presos leoneses
«Amigos lectores, aunque os parezca exagerado todo lo que vais a leer en este pequeño libro, es historia verdadera de una vida que discurrió durante cinco interminables años en los campos de exterminio nazis. Sabed que no os miento en lo más mínimo». Con estas palabras nos advierte Prisciliano García Gaitero de la dureza de los recuerdos que recoge en su diario titulado ‘Mi vida en los campos de la muerte Mauthausen, Gusen y Dachau’, que en los tres vivió (más bien sufrió). 

Uno de los supervivientes, Alipio R. Omaña.
Su cuaderno manuscrito es uno de los pocos testimonios de primera mano que nos han llegado, gracias a que este leonés de Carbajal de Fuentes lo escribió y el profesor José Luis Gavilanes Laso lo editó y comentó, viendo la luz en Edilesa acompañado de un facsímil del cuaderno de Prisciliano. Cuenta Laso en el prólogo que «leyendo el libro de Francisco Bermejo sobre el fotógrafo catalán Francisco Boix encontré una referencia de unas memorias inéditas de Prisciliano García Gaitero, en posesión de un tal Hans Landauer».

Felizmente siguió la pista y el libro fue una realidad. Pero viene a cuento esta conexión porque los citados Bermejo y Francisco Boix vuelven a ser protagonistas estos días en León, ya que Ponferrada acoge una muestra de las famosas fotos de Boix, organizada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que mantiene viva su idea de que estos defensores de la libertad, que combatieron al nazismo, tengan el reconocimiento que se las ha negado en una tierra, la suya, a la que en la gran mayoría de los casos no pudieron regresar, en unos casos porque murieron —la mayoría—, algunos porque fueron liberados pero ‘semimuertos’ —como el caso de García Gaitero— y otros no regresaron porque aquella España de los años 40 y 50 los había borrado e ignorado y su país se había convertido en una tierra hostil para ellos. Sirva un ejemplo, del mismo García Gaitero, que fue enterrado en el cementerio de Fontenay-sous-Bois y el epitafio de su tumba dice: «Mort pour la France (muerto pot Francia)».

El fotógrafo catalán Francesc Boix (1920-1951), protagonista de la muestra de Ponferrada, estuvo preso en Mauthausen y logro ‘robar’ y sacar estas fotografías que documentan el horror sufrido en los campos nazis, hasta el punto de que fueron utilizadas como prueba en el juicio de Nüremberg. Y un excelente complemento de estas imágenes son testimonios como los que dejaron personajes como Prisciliano García Gaitero, pero también otros leoneses, como es el caso de Alipio Rodríguez Omaña, natural de Tapia de la Ribera, que también llevaba en el campo de concentración una especie de diario y algunas fotos que su familia tuvo la excelente idea de ceder a la Biblioteca Pública de León para que «su memoria esté en su tierra».

Olíamos a muerte, de humano sólo nos quedaba la apariencia, antropofagia, canibalismo, fueron inevitables. Al ver los hornos pensaba cuándo yo sería humoEn algunas de las frases de Alipio podemos ver la soledad de aquellos leoneses (y españoles). Una vez liberado vaga sin rumbo. Escribe> «La moral es baja por lo siguiente: los países de Europa todos han quedado liberados, todos los presos y prisioneros de guerra tienen representantes que los orienten sobre su marcha hacia el país, pero nosotros no encontramos a nadie que nos atienda ¿nuestros dirigentes no saben que en este país nos encontramos la mayoría del ejército republicano español? ¿No saben que aquí han muerto a manos de nuestros enemigos más de diez mil camaradas? Es que todavía no es hora que os recordéis de sacarnos de nuestros sufrimientos?A nosotros no nos reconoce nadie, en Francia hemos sido enrolados en el ejército francés pero los franceses no quieren saber nada y nosotros seguimos aquí con un régimen casi como el de los campos de concentración, el alimento es poco y malo, así es que nosotros seguimos presos ¿para qué cambiar? Nuestra vida es así».

Alipio, que había sido minero en La Magdalena y al que su familia dio por muerto, sí regresó varias veces a España a visitar a los suyos, pero se ganó la vida en Francia como panadero.

Dos leoneses, García Gaitero y Rodríguez Omaña, dejaron diarios que son testimonios del horrorLo que habían sufrido antes ya se puede imaginar, y si no basta recoger algunas frases del diario de García Gaitero: «Olíamos a muerte. De humano sólo nos quedaba la apariencia. Antropofagia, canibalismo, fueron inevitables. Lo devorábamos todo al instante, tal que si de fieras se tratase... Comer, comer y comer era nuestra obsesión», «cuando pasaba por delante del horno crematorio, miraba hacia lo alto de la chimenea y pensaba que no tardaría en salir por ella convertido en humo. Y también contra eso algo en mí se rebelaba». 

La exposición de Ponferrada y el libro nos acercan los nombres de los leoneses que «a día de hoy» se ha podido documentar su paso por los campos de concentración, con una lista que puede consultarse en un enlace de la página web del Ministerio de Cultura (http://pares.mcu.es/Deportados/servlets/ServletController). A los que aparecen en esa página se ha añadido a Máximo Fierro, leonés también de Cármenes (un pequeño municipio pero que es el que más víctimas tuvo de la provincia, 4) pero que figura en los archivos de Asturias pues estaba allí su padre de maestro. Parece que también llevaba un diario que tiene algún familiar y podría convertirse en materia para una novela. 

En este municipio de Cármenes les hizo un homenaje la Asociación Cultural y acudió desde Barcelona la familia de Gabriel Fernández, que mostró su emoción y agradecimiento por «la primera muestra de cariño hacia él».

Casi cuarenta leoneses olvidados para los que la ARMH quiere que su tierra tenga un gesto de reconocimiento.


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