diumenge, 10 de desembre del 2017

MEMORIA / RAPIÑA Francisco Pimentel



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MEMORIA / RAPIÑA
(Publicado en Ronda Semanal el Sábado 09.12.2017)
A primeros de Diciembre del 1936 los fascistas hicieron las 20 fosas que hay en el campo junto al cementerio. En Septiembre, después de una defensa heróica, nuestra gente había tenido que huir del terror franquista y estaba refugiada en El Ángel y San Pedro esperando poder volver pronto a sus casas, cuando el gobierno hubiera sofocado la rebelión de los sediciosos.
Cuando en Enero del 1937 llegaron a Cádiz los primeros 10.000 camisas negras de Mussolini nuestra gente tuvo que huir de nuevo hacia Málaga pero en el camino fueron copados por las tropas fascistas que les conminaron a volver a sus casas con la promesa de Franco de que nada les pasaría.
Tan pronto como llegaron a Ronda los detuvieron, ultrajaron, mataron y echaron en aquellas fosas que previamente habían hecho en Diciembre. Luego se incautaron de sus bienes.
Esas fueron las terribles navidades que los rondeños y serranos sufrieron a manos de Franco, Queipo de Llano, Mola y sus ejércitos, legionarios, falangistas, moros, fascistas italianos y nazis alemanes bendecidos todos por la jerarquía fascista de la iglesia católica.
Hace ya unos años que Ángel Munárriz publicaba que el párroco de Guájar acusaba a Dolores Mancilla de “profesar ideas muy avanzadas” y el guardia civil Miguel Aguilera la acusaba de “pésima conducta porque siempre votó a la izquierda”… así que el tribunal militar fascista es todo lo que necesitó para imponerle una multa de 500 pesetas e incautarse de sus bienes: una casa, una plantación de almendros y tres camas…
Y así decenas y decenas de miles de expedientes que el franquismo arbitró con curas, falangistas, guardias civiles y políticos de derechas como delatores.
Financiado por la Junta se había iniciado un informe autonómico que quería investigar la dimensión del expolio económico en Andalucía, aún hoy el más desconocido de los pilares sobre los que se asentó la represión franquista. Cecilio Gordillo activista de la memoria histórica andaluza decía que “es el gran tema tabú. Sólo se ha hablado en voz baja”, y tampoco lo ha tocado la Ley de Memoria Histórica. Con la democracia, los principales partidos y sindicatos sí pactaron la devolución de sus bienes. Pero los particulares pagaron otro de los peajes de olvido de la transición.
Paqui sabe en qué consiste ese pacto. Fruto de una reclamación ante el Estado, posee un papel remitido por Hacienda que deja bien claro que España no contempla la devolución de bienes incautados a particulares. Pero también tiene otro papel, del Registro de la Propiedad, que demuestra que la casa que tenía su bisabuelo era su casa hasta que fue incautada tras su asesinato en 1936. “Un hijo suyo aún me pregunta qué pasa con la casa y no sé qué decirle”, cuenta Paqui. La mayoría de los que están en su misma situación ni se plantearon intentar recuperar los bienes. En realidad muchos ni siquiera saben que sus familias fueron expoliadas.
Francisco Pimentel
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