divendres, 21 de juliol del 2017

Jerez. Una fosa común donde hay "cientos de leales a la democracia" que ahora es un parque infantil.


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La Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez realiza un homenaje a los caídos durante los primeros días del levantamiento militar de 1936 que desembocó en la Guerra Civil.
19-07-2017 / 09:31 h.

El parque Scout, cercano a la plaza de toros, junto a la barriada de La Constancia, está asentado en lo que fuera, en 1936, el cementerio católico de Santo Domingo, donde permanecen los restos de muchos jerezanos leales a la República que fueron asesinados durante los primeros días del alzamiento militar que llevó a España a una Guerra Civil. Años después construyeron en la zona bloques de pisos, que hicieron imposible la búsqueda de estos represaliados por el franquismo a los que, 81 años después de aquella masacre, se les rinde homenaje en un lugar que en la actualidad tiene un pequeño parque infantil y una zona ajardinada, y en el que no se recuerda el horror vivido en ese lugar hace ya más de ocho décadas. “Esa esquina era la fosa común”, dice José Ruiz Mata, miembro de la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez, señalando una punta del parque, durante el homenaje rendido a los caídos celebrado el 18 de julio.
“Bajo nuestros pies y contra las tapias del cementerio católico de Santo Domingo fueron asesinados cientos de leales a la democracia”, recuerda Francisco Sempere, miembro también de la plataforma memorialista, que recalca: “La ubicación exacta aun la desconocemos”. El alcalde de la ciudad por aquel entonces, Antonio Oliver Villanueva (Izquierda Republicana), entrega la Alcaldía “a la fuerza”,como figura en el acta de desposesión firmada por él mismo, y “opta por no resistirse para evitar derramamiento de sangre y una resistencia inútil dado el escasísimo número de fuerzas de Seguridad y Asalto”. Antes, por las ondas de Radio Jerez, el comandante militar Salvador Arizón y Mejías había transmitido a la ciudadanía que “declarado el estado de guerra en toda España, toma el mando total de la Plaza, hasta la próxima llegada de las fuerzas del Tercio y Regulares”. Apenas un mes después, a Oliver Villanueva le arrebataron la vida de un disparo en la cabeza junto al cementerio y, como él, el resto de la Corporación municipal fue cayendo de forma progresiva entre esa fecha y enero de 1937.

Manu García
 
Algunos de los presentes en el acto de homenaje a los caídos el 18 de julio de 1936.
La Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez viene pidiendo, desde su fundación, la reparación de los familiares de estas víctimas y una serie de medidas, como la eliminación de símbolos franquistas de la vía pública, la revocación de distinciones a personalidades del franquismo, la adhesión del Ayuntamiento a la querella argentina que juzga los crímenes del franquismo, la inscripción en el Registro Civil de los asesinados por los golpistas o la instalación de un monumento “digno” a las víctimas de la represión. “Hicimos unas jornadas de Memoria Histórica, pero 365 después de formular estas peticiones no hemos avanzado ni un milímetro”, sostiene Sempere.
Varios ramos de flores, una bandera republicana, otra de Andalucía, y una de la CNT, con un cartel de la Asociación de Familiares y Amigos por la Recuperación de la Memoria Histórica de Jerez y Comarca con las Víctimas del 18 de julio, sirven como modesto homenaje a los caídos durante las primeras horas del golpe militar que desembocó en la Guerra Civil. Carmen Máximo, cuyos abuelos fueron asesinados en el verano de 1936, insta a “recuperar la memoria de quienes lucharon y sufrieron por defender la República”. “Nos inculcaron el silencio y el olvido”, apunta Máximo, cuya abuela paterna, al igual que hoy ella, daba clases en una escuela pública de Jerez —ella en Málaga— y asegura que su lucha es “contra del reloj biológico de los familiares que se van sin tener verdad, justicia y reparación”.
La “lucha” sigue, y la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez — de la que forman parte Ganemos, IU, CGT, UGT, CNT, CCOO, Todos los Rostros, Ustea, Intersindical Ferroviaria, Centro de Estudios Históricos de Andalucía y la Asociación de familiares de víctimas del franquismo en Jerez— se alegra de haber logrado “victorias” como la retirada del busto de Pemán del hall del Teatro Villamarta y de la apertura de la Oficina Municipal de Memoria Histórica, aunque “la dotación de material es ínfima”.