dilluns, 30 de gener del 2017

Andalucía desvela el terror franquista en decenas de fosas comunes.

http://www.infolibre.es/noticias/politica/2017/01/31/andalucia_desvela_terror_franquista_decenas_fosas_comunes_60322_1012.html


  • La Junta, que ha acelerado el ritmo de las excavaciones, exhuma restos de cientos de víctimas en los dos últimos años, 193 sólo en Puerto Real (Cádiz) 
  • De las más de 600 fosas en la comunidad, en total ya han sido abiertas unas cien, con restos de unas 4.000 personas

Publicada 30/01/2017 a las 06:00Actualizada 29/01/2017 a las 16:46  


Trabajos en la fosa común de Puerto Real (Cádiz).
Trabajos en la fosa común de Puerto Real (Cádiz). 
Juan Miguel Baquero.

"A mi madre se la llevaron delante mía. La llevaban por los brazos, con las piernas a rastras por la escalera. La apuntaban con una pistola como si fuera una fiera. Mi madre lo único que gritaba era: 'Mis niños, mis niños, mis niños...' Nos quedamos como el nido al que le dan con una escoba". A sus 87 años, Luis Vega no faltó ni un día a los trabajos arqueológicos en la fosa común de Paterna de Rivera (Cádiz), donde se han localizado los restos de diez víctimas, asesinadas tras el golpe de estado de julio de 1936. "No quiero morirme antes de que aparezcan todos. Una vez que los saquen, ya puedo morirme tranquilo", decía.

Su historia y el testimonio de su memoria están recogidos en el libro Que fuera mi tierraescrito por el periodista Juan Miguel Baquero y que detalla las intervenciones en enterramientos realizadas en 2015. En total, fueron 12: Paterna de Rivera, Puerto Real y Cádiz (en la provincia de Cádiz); Zalamea la Real y Puebla de Guzmán (Huelva); Obejo y Adamuz (Córdoba); El Madroño, La Campana, Arahal, El Castillo de las Guardas y Camas (Sevilla). Han aparecido los restos de unas 300 víctimas, 193 de ellas en Puerto Real, donde cuerpos y más cuerpos fueron enterrados en cal viva. "No reclamo nada, cuatro huesos que podamos enterrar. Mi madre me lo encargó y aquí estoy", cuenta en el libro Enrique Fernández, nieto de una de las víctimas.

La cuantificación exacta de los cuerpos recuperados en 2015 dependerá de los resultados de los trabajos antropológicos y, finalmente, genéticos, que la Junta desarrolla en colaboración con la Universidad de Granada, que ha creado un banco de ADN. Con prudencia, la Consejería de Cultura explica que, si es "posible técnicamente", podrían identificarse una 250 víctimas, en las que se interesan 150 familiares.

Es un círculo de trabajo constante. Familiares o asociaciones solicitan, en base a testimonios y estudios, una exhumación. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, una vez estudiada la solicitud, aprueba los trabajos, que comienzan por la fase de delimitación y, en su caso, la arqueológica. Los pocos familiares que quedan sufren al pie de la fosa durante los trabajos, con la memoria removida. "Mi hermano enterró a mi padre y a mi madre la vi por última vez subida a un camión, diciéndome adiós. Muero con la pena de no poder decir a ésos que me hicieron tanto daño: ¿Qué ganaste con dejarme sólo?", cuenta Antonio López, con 86 años, hijo de víctimas en El Madroño.

Baquero ha recogido fosa a fosa testimonios de familiares –y relatos de historiadores– en un proyecto periodístico y divulgativo financiado por la Junta de Andalucía. El autor ha disfrutado la "victoria vital" que supone para los allegados de las víctimas la localización de los restos, pero también ha sufrido la "tortura" de la decepción: cuando se excava... y no aparecen restos donde estaba previsto, como ha ocurrido en Arahal. Salvo casos muy documentados, no hay garantía de hallazgo. El terreno ha cambiado y ha experimentado distintos usos. En ocasiones pudo ocurrir que los restos fueran exhumados durante el franquismo. Cuando no aparece nada "es duro para los técnicos, y una tortura para las familias", cuenta Baquero.

Pero lo cierto es que suelen aparecer restos. Las conclusiones historiográficas generalmente se ven refrendadas por las pruebas bajo el suelo. Así la rueda del proceso de búsqueda y localización sigue girando. En Marmolejo (Jaén), tras una primera fase de delimitación en 2014, tuvo lugar en noviembre pasado la exhumación, que permitió recuperar restos de cuatro cuerpos que ya están en estudio antropológico. En La Puebla de los Infantes (Sevilla) la intervención arqueológica tuvo lugar hace algo menos de un año: seis víctimas. En Villaverde del Río, también en Sevilla, se han recuperado restos de cuatro cuerpos. A apenas 20 kilómetros, en Guillena, la búsqueda del desaparecido Antonio García López, a pesar de haberse desarrollado en base a testimonio orales, resultó infructuosa.

Más de 600 fosas, 50.000 víctimas

Andalucía cuenta con un mapa oficial de fosas comunes. Al entrar en la web donde está colgado se lee "en actualización". Hay que ponerlo al día. En base a estudios históricos, se partió de 614 enterramientos, con una estimación de 50.000 víctimas, si bien en absoluto se puede establecer que todas ellas estén en estas fosas, ni mucho menos que puedan llegar a encontrarse. "Los trabajos que vamos haciendo se van correspondiendo, en términos generales, con el mapa de fosas. Pero lo estamos actualizando, con más herramientas técnicas, y aún debemos profundizar. Creemos que hay unas 660 o 670 fosas, aunque no todas se pueden exhumar" por razones técnicas, afirma Javier Giráldez, director general de Memoria Democrática.

Con esos números tan brutales, Giráldez tiene complicado su empeño de centrar la cuestión en elementos cualitativos. Él insiste en el "deber de memoria" que defiende el pensador Reyes Mate, en la memoria histórica como espacio de construcción democrática y comprensión. La guía de la Junta para ir realizando excavaciones no es el mapa de fosas, sino las solicitudes de familiares y asociaciones. "Éste es sobre todo un movimiento de nietos y biznietos que han recogido el testigo. Hay un sobrino carnal en Cádiz, hijos en Paterna, nietos en Adamuz...", explica. Se hace por ellos, añade, y a partir de ahí se pretende que trascienda a la sociedad.

El libro de Baquero, que es un libro periodístico y no historiográfico, se inserta en ese empeño de explicar lo que se hace y que llegue a cuanta más gente mejor. Por eso está previsto colgarlo en la red para su descarga gratuita. Y así todo el mundo podrá leer lo que le contó Luis Vega a Juan Miguel Baquero en Paterna de Rivera: "Cuando mataron a una mujer, entre cuatro, la metieron en la iglesia y primero la pelaron, con el cura delante, le cortaron un pecho, le dieron un purgante y cuando le entró fatiga el mismo cura le dijo a un empleado que tenía allí: 'Anda, llévala al servicio a ver si echa lo que tiene de comunista'. Cuando se la llevaron pa matarla, los cuatro, borrachos, abusaron de ella. La agarraban de las manos y de las piernas. Iban riéndose en el camión. A un chavea lo hicieron pararse y verla, que casi lo tira el burro con el olor de la sangre".

Mucho hecho, más por hacer

Pero, al margen de bestialidad cualitativa y de la idea subyacente a las excavaciones, hay que preguntarle al director general de Memoria Democrática de la Junta por los números.

– De todas las víctimas, ¿de cuántas han aparecido restos? ¿Y cuántas fosas se han abierto?
– Alrededor de un centenar en total, pero no todas ahora, ni todas por la Junta. Se hicieron también en los 80, algunas las hizo el Gobierno... En 2013 se habían abierto 60. Calculamos que se han localizado en total restos de unas 4.000 víctimas.

4.000 víctimas. Más de la mitad salieron, entre 2006 y 2009, de la fosa del cementerio de San Rafael, en Málaga, la mayor exhumación realizada en España. Aunque es posible que al lector le suene menos que Srebrenica. Porque sigue existiendo un agujero en la memoria colectiva. María de los Ángeles Pedrero, descendiente de víctimas en El Madroño, le contó a Baquero una impresión, basada en un hecho particular ocurrido en un instituto: "Una compañera tiene delante un mapa político para colocar a los dictadores, cada uno en su país, Mussolini, Hitler... y un alumno pone a Franco en Francia. Vale que es anecdótico, pero es posible que ningún escolar alemán tenga dudas sobre quién y de dónde era Hitler".

Así que hay que continuar excavando, exhumando y divulgando los resultados y las historias que hay detrás. El principal "déficit", señala Giráldez, está en las capitales de provincia. No obstante, se ha intervenido en Málaga, en Cádiz y en Huelva. Y ahora hay una comisión preparando los trabajos en el cementerio de San Fernando, en Sevilla, aunque todavía no hay prevista una intervención.

Mientras tanto, los trabajos siguen: en Camas (Sevilla) han aparecido 14 cuerpos, pero hay indicios de más; en Guadalcanal (Sevilla), los trabajos de localización de la fosa han dado resultado positivo y, según las investigaciones previas, podría haber un centenar de cuerpos... También hay en marcha tareas en Guadalcázar y Lucena (Córdoba), así como en Palomares del Río (Sevilla). En próximas fechas le tocará el turno a los municipios malagueños de AlfarnateVillanueva de la ConcepciónColmenarÁlora, donde el mapa de fosas sitúa casi 200 víctimas, y Cártama, donde podría haber más de 100. También están Castro del Río y Monturque (Córdoba), San Fernando (Cádiz) y La Algaba (Sevilla). Cuando se excaven estos enterramientos, e incluso si se excavan el doble, o el triple, y aunque en todos aparezcan restos y se puedan exhumar y hasta identificar los cuerpos, la mayoría de las víctimas seguirá anónimamente bajo tierra en fosas comunes.