dimarts, 15 de novembre del 2016

LAS FOSAS COMUNES DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS (BURGOS).

https://cronicasapiedefosa.wordpress.com/2016/11/14/las-fosas-comunes-de-espinosa-de-los-monteros-burgos/



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“La fosa que había en su jardín no le echó para atrás y compró el chalé”.

Jesús Pablo Domínguez Varona & Aiyoa Arroita Lafuente.

El día que vine a ver la casa para comprarla era 1 de noviembre, Día de Difuntos, y esto estaba lleno de flores. Desde entonces he conocido a muchos familiares de los fusilados que venían y me decían: ‘Aquí está enterrado mi padre’, o a veces era su tío, su hermano…”. 
(Alex Hernández, propietario).
Este fue el relato impresionante de el propietario de la parcela que albergaba la fosa común junto a la vivienda adquirida, en la localidad burgalesa de Espinosa de los Monteros. La fosa se sospechaba que estaba en su jardín, pero no se echó para atrás y compró el chalé. El resto de la fosa estaba bajo la acera de la calle, propiedad del ayuntamiento.
El emplazamienmto de la fosa no era un secreto entre los vecinos y habitantes de este bonito e histórico pueblo de las Merindades. En 1956 cuando se construyó la carretera los vecinos y familiares supervisaron las obras para que no se llevaran por delante los restos de los suyos. Posteriormente, al poner la acera se respetó el trozo donde estaban los cuerpos.
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Fosa de la calle de la Riva (Espinosa de los Monteros). Imagen Oscar Rodríguez.
La represión franquista durante y después de la guerra civil fue muy dura en la zona, con varias fosas comunes con restos de cuerpos de republicanos asesinados, algunos exhumados y otros aún sin exhumar. En Espinosa de los Monteros hay al menos tres fosas conocidas, la que estamos describiendo llamada de la Riva, la segunda a 150 metros en dirección al albergue y la tercera, ya desaparecida, que fue exhumada el 29/03/1959, con una persona identificada como Pablo Cuesta García y sus restos trasladados al Valle de los Caídos.
En una carta publicada en el blog javierortiz.net, enviada por un miembro de esa familia, relata los pormenores de la exhumación de esa fosa en el mes de abril del año 2012.
Mis padres compraron en Espinosa de los Monteros (norte de Burgos) una casita a medias con mi hermana y su marido. Con el tiempo, nos enteramos de que alojaba en su jardín los restos de personas asesinadas por los falangistas durante la guerra civil.
El caso es que la Sociedad Científica Aranzadi, a petición de un familiar de los ejecutados, decidió comenzar a exhumar los restos el 2 de abril. Así que, como no nos lo queríamos perder, hicimos una visita extra a la familia.
Allí se presentó un equipo de unas 20 personas dirigido por Francisco Etxeberría. Este grupito de Aranzadi probablemente sea el más reconocido del estado. Su prestigio en exhumación de fosas es notorio: el doctor Etxeberria fue designado junto con otros forenses para examinar los restos de Salvador Allende y determinar si se suicidó ”.
Mas abajo continua con los detalles:
El martes afloraron los talones de un par de botas. Los ejecutados habían sido colocados hacia abajo, para que fueran al infierno. Parecían ahogados que flotaban inmóviles sobre la tierra. Por los libros sé que los esqueletos son restos de lo que fueron personas; pero me impactaron más las botas (parecidas a las que yo llevaba) y los restos personales: en la fosa de las mujeres -porque se enterraron separadas- apareció un espejito, una peineta …. En mi ignorancia, me conectaban directa y brutalmente con la suerte de esta pobre gente más que las fracturas del “espía” de 16 años, asesinado a golpes.
La abuela de mi amigo Javi, también fue asesinada por “espía”: dos de sus hijos quedaron aislados con el rebaño en unas cabañas al otro lado de la línea del frente. Les fue a llevar comida y alguien la vió, con lo que se interpretó que llevaba información a la zona republicana. Como su marido también fue asesinado y arrojado a la fosa de mi casa, los 8 hermanos quedaron huérfanos. La madre de Javi, con 20 años, tuvo que sacar adelante la familia. En aquellas circunstancias y con sus principales recursos requisados: debía llevar personalmente 10 litros de leche diarios a la Comandancia de la Guardia Civil. Así hasta que llegó un mando que se apiadó de ellos y les dispensó de esta obligación.
Cada familiar que se acercaba a la fosa contaba su historia. Todas estremecedoras. Pero la mayoría estaban aliviados e incluso felices. Algunos no tuvieron valor de acercarse: vi una mujer que se volvió a toda prisa cuando estaba a un par de metros de la fosa. Espero que todos se sientan liberados de esta inmensa carga algún día.
Cuando se exhumó el último de los nueve esqueletos masculinos, otros tantos estudiantes de antropología de la Universidad Complutense ocuparon su lugar. Se dispusieron en la misma posición en la que habían quedado los ejecutados y así estuvieron durante un minuto. Finalmente, fueron levantándose uno a uno, con lentitud y en absoluto silencio, en un ambiente emocionante y sobrecogedor”.
En esa fosaun macabro rectángulo de apenas ocho metros cuadrados se cuentan nueve esqueletos, todos boca abajo en la calle de la Riva cerca del polideportivo municipal.
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Restos óseos de los nueve  hallados en la fosa de Espinosa de los Monteros. Imagen  Luis Alberto García.
Según el blog amigo “Lasmerindadesenlamemoria”, la identidad de esas nueve personas asesinadas el 20 de octubre de 1936 podrían ser:
Laureano Fernández Gómez, de 64 años, soltero, labrador de Barcenillas del Cerezo (Sotoscueva). Desaparecido el 20 de octubre de 1936.
Basilio Gómez Fernández, de unos 40 años vecino del municipio de Espinosa. Fue visto por última vez el 12 de octubre de 1936. Se presume que fue fusilado y enterrado en una fosa junto con otro espinosiegos. Paseado.
Francisco Laso Ruizde 40 años. Desparecido vecino de Espinosa, de quien no se volvió a tener noticia desde el 18 de octubre de 1936.
Aurelio Lavín Ortizde unos 48 años, vecino de Espinosa, casado con Generosa Fernández, 8 hijos. Paseado en Espinosa el 20 de octubre de 1936.
Eduardo Martínez Mazónde unos 38 años, alcalde pedáneo de Quintana de los Prados. Paseado el 20 de octubre de 1936.
Emeterio Palacios Gómez, de unos 28 años domiciliado en Santa Olalla, soltero, labrador. Paseado en el término municipal de Espinosa.
Nicolás Revuelta Santayana, de unos 28 años de edad, vecino de Espinosa, soltero, labrador. Paseado.
Claudio Sainz-Maza Fernández, de Quintana de los Prados de solo 16 años en aquel aciago 20 de octubre de 1936.
Celestino Zorrilla Baranda, de 51 años. Vecino de Espinosa, 10 hijos, labrador y fabricante de alpargatas. Paseado el 20 de octubre de 1936.
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Técnicos y voluntarios de Aranzadi trabajando en la fosa. Imagen Oscar Rodríguez.
Pedro Zorrilla, nieto de Celestino Zorrilla, afirma en entrevista al diario digital “El Pais” del 2 de abril de 2012 que “Después de matar a mi abuelo, que tenía 51 años, fueron a por Donato, uno de sus hijos, de 27. Pero como logró escapar, en represalia, mataron a su mujer, embarazada de siete meses”.
Esa mujer se cree que puede estar en la otra fosa localizada de Espinosa de los Monteros, la llamada “de las mujeres” por ser todas víctimas de ese sexo. Así lo afirma su sobrino, “Ahí buscamos también a mi tía”.
El relato estremecedor de los hechos no acaba ahí:
Fueron los falangistas, todos vecinos del pueblo, por envidias. Mi abuelo era labrador y tenía una fábrica de alpargatas. Que sepamos, no estaba afiliado a ningún partido o sindicato. El 5 de agosto de 1936 se lo llevaron preso a la cárcel de Burgos y el 18 de octubre supuestamente, le dejaron en libertad. Pero no fue así. En el pueblo, gente mayor contaba que oyó a los asesinos decir: ‘Le pegué el tiro y no veas cómo pataleaba’. Por eso siempre se supo donde estaba la fosa”.
A propósito de sus asesinos falangistas dice :
Después de matar a mi abuelo y a mi tía embarazada, fueron a por mi abuela, le raparon la cabeza y la llevaron a la plaza”, añade. “Mi padre apenas hablaba del tema, por miedo, pero desde los años setenta me trajo cada 1 de noviembre aquí a traer flores”.
El juzgado de Villarcayo fue notificado el 22 de febrero, dos meses antes de la inminente apertura de las dos fosas, pero ningún juez se personó allí. Todo ello a pesar de un auto del Tribunal Supremo del 28 de marzo de 2012 que establece que son los jueces territoriales los que deben practicar diligencias y personarse en las fosas en estos casos. En Espinosa de los Monteros no han visto a ninguno, igual que en la apertura y exhumación de otras fosas. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, considera que aunque recibe las notificaciones, los juzgados consideraron que “el objeto del escrito remitido es poner en nuestro conocimiento la actividad a realizar” y no “requerir auxilio judicial”
Días después de acabado el trabajo de exhumación en esa fosa de la calle de la Riva, se comenzó en la segunda fosa de Espinosa de los Monteros, a solo unos 150 metros de la primera. Allí se encontró la primera evidencia, la aparición de una peineta en uno de los cráneos demostró que tenían razón los vecinos de Espinosa cuando apuntaban a esa zona cuando se hablaba del lugar donde fueron a parar cuatro mujeres, asesinadas en el pueblo un día después que los hombres, el 21 de octubre de 1936.
En el pueblo se recuerda tristemente que una de las mujeres logró escapar y se refugió en un molino, pero la encontraron y la trajeron a rastras a la fosa. Se encontraron sus medias y su peineta con el rastro de sangre.
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Detalle de un cráneo con la peineta pegada por la tierra. Fosa de las mujeres. Imagen Oscar Rodríguez.
Es nuevamente el blog “Lasmerindadesenlamemoria”, quien nos aporta la posible identidad de esas cuatro mujeres asesinadas.
Amelia Cano, de 27 años vecina de Espinosa, nacida en Treto (Cantabria) mujer de Donato Zorrilla Parcero. Madre de un hijo de dos años y embarazada de 7 meses. Fusilada el día 21-10-36.
Generosa Fernández Ortizde 45 años nacida en Espinosa el 19 de abril de 1885, vecina de Espinosa, casada con Aurelio Lavín Ortiz asesinado un día antes, viuda, 8 hijos, “sus labores”. Paseada en Espinosa el 21 de octubre de 1936.
Angela García Aranade unos 45 años vendedora de periódicos, fusilada portando una cantidad de dinero indeterminada.
??? Mujer desconocida. Una cuarta mujer que pudiera estar en la fosa de las cuatro mujeres de Espinosa. Hay dudas y se está investigando sobre la identidad, siendo una señora que se hallaba veraneando en Quintana de los Prados.
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Espejo hallado en la fosa de las mujeres en Espinosa de los Monteros. Imagen Oscar Rodríguez.
Las 13 víctimas asesinadas por los fascistas aquellos 20 y 21 de octubre de 1936 fueron localizadas y exhumadas por el equipo de técnicos y voluntarios de Aranzadi. La investigación ha demostrado que los restos presentan fracturas en el cráneo por entrada de bala, y huesos rotos en las extremidades, algunas previas y otras posteriores al fallecimiento, lo que lleva a interpretar que parte de las roturas fueron causadas por el maltrato anterior al fusilamiento.
El trabajo realizado ha sido plasmado en varios medios de comunicación por medio de fotografías que han mostrado “ al mundo” la realidad de las fosas de la represión franquista. Uno de esos fotográfos que participó en la exhumación es Oscar Rodríguez, a quien pertenecen casi la totalidad de las fotografías que acompañan este reportaje.
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Exposición “A PIE DE FOSA”http://www.diaridetarragona.com/noticia.php?id=74497
Ahora una de esa fotografías está expuesta en la exposición “ A Pie de Fosa”, que presentan en Tarragona y ubicada en la Antiga Audiència y enmarcada en el 80è Congrès Internacional per la Guerra Civil Espanyola, organizado por la Universitat Rovira i Virgili. Sus autores son Julieta Olaso y Oscar Rodríguez y fueron tomadas  en varias exhumaciones que se han llevado a cabo en España.

IMAGEN DE CABECERA.
Exhumación en Espinosa de los Monteros de una fosa en mitad de una acera y un jardín privado. Oscar Rodríguez.
FUENTES CONSULTADAS.