dijous, 28 de juliol del 2016

'Las víctimas sin llanto': cuando el franquismo mataba con el silencio

http://www.eldiario.es/andalucia/lacajanegra/cine/victimas-llanto-franquismo-mataba-silencio_0_539996471.html



Un documental retrata con una mirada de género la violencia franquista y su especial beligerancia contra las mujeres
Las hijas, esposas o hermanas de los ejecutados por los rebeldes quedaban relegadas al último rincón de una España negra que sólo les permitía una herencia: el miedo
'No cuentes eso. No entres ahí. De eso no se habla'. La represión golpista operó en todos los frentes posibles como recurso prebélico al  terror fundacional del franquismo sólo era preciso entreabrir la puerta de la guerra. A partir de ahí, las aristas del castigo sacudieron golpes incesantes contra los derrotados. Todas las direcciones eran válidas, cualquier método. Pero con un aspecto sutil y anclado a la venganza de género: el silencio.
Las mesas de camilla del  país de la desmemoria están cubiertas de lágrimas, de sangre, de balas, de tierra de fosas. Hasta cerrar el duelo quedó prohibido. "¿Cómo fue ejecutado mi padre? ¿En qué agujero fue enterrado mi abuelo como un perro?", dirían. Cuenta el documental 'Las víctimas sin llanto', de la periodistaVanessa Perondi y la cineasta Sara Gallardo, que la  opresión contra la mujerquedó convertida en otra forma de matar.
O de morir en vida. La cinta dibuja en una sucesión de relatos descarnados cómo el secreto familiar y la oscuridad de la dictadura legan el miedo como única e irrenunciable herencia. 'No cuentes eso. No entres ahí. De eso no se habla'.

Relatos en femenino que pintan dramas familiares

"Yo no vi cuando le pegaron el tiro pero sí cómo le tenían puesta la pistola en la cabeza, para matarlo, y ese miedo queda siempre". María Rosa, Elena, Josefa, Raquel, Rocío, María, Fina, Alicia... nombres de mujer que reflejan el dolor causado por el franquismo. "Los fascistas mataron a mi padre, no hizo absolutamente nada".
Las mujeres protagonistas del documental sobre la represión franquista y el silencio.
Las mujeres protagonistas del documental sobre la represión franquista y el silencio.
Testimonios en femenino que pintan dramas familares penados en el mutismo deuna España labrada sobre las cenizas de la guerra civil. "Mi madre iba a verlo. La última vez... le dijero que ya no tenía que ir porque ya no estaba". Vencidos, los dejaron sin nada, sin vida. "En mi familia mataron a tres. A mi padre, su hermano y a la hermana de mi madre".
Como aquellas mujeres que al arrancar el movimiento de Memoria Histórica, en los albores del siglo XXI, corrieron despavoridas cuando alguien sacó una bandera republicana. Muertas de miedo. Como si el terror, cuentan, en cualquier momento pudiera regresar.
Por eso en muchos casos no contaban qué ocurrió. "Y si pasa lo que sea y vienen a por mi hija... mejor que no sepa nada", mascullaban. O como aquellas niñas que vestían trajes nuevos el día de su primera comunión. Un día feliz, recordado, en que el nuevo ropaje estaba teñido de luto. Años más tarde llegó la pregunta: "Mamá, si de todas formas ibas a hacernos un traje, ¿por qué de color negro". Y la respuesta: "Porque era la única forma de protestar por la muerte de tu padre".

Voz para mujeres olvidadas

En la presentación de 'Las víctimas sin llanto' en la Casa de la Provincia de Sevilla, la Junta de Andalucía señala que dar voz a las mujeres olvidadas por la historia es un acto de justicia. Un proyecto que se detiene en la vida de nueve mujeres de la provincia de Cádiz que con su testimonio ganan la batalla al silencio. Al acto acudieron, entre otras personalidades, las consejeras de Cultura, Rosa Aguilar, y de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, además del presidente de la Diputación sevillana, Fernando Rodríguez Villalobos, o el director general de Memoria Democrática, Javier Giráldez.
Las consejeras de Cultura e Igualdad junto al presidente de la Diputación de Sevilla y las autoras de 'Las víctimas sin llanto'. / JUAN MIGUEL BAQUERO
Las consejeras de Cultura e Igualdad junto al presidente de la Diputación de Sevilla y las autoras. JUAN MIGUEL BAQUERO
Vanessa Perondi y Sara Gallardo "han puesto rostro de mujer a una situación que sufrieron miles de ellas en silencio", refiere la consejera de Cultura. La película, continúa, sirve para dar voz a las hijas y nietas de represaliados, a quienes "se ha querido borrar de la historia". Que el silencio se rompa "y el llanto se pueda escuchar".
El camino de  Andalucía en las políticas de Memoria muestra el "compromiso por saldar la deuda con las víctimas de la represión franquista", en palabras de Rosa Aguilar. "Es necesario –continúa– que cojamos el testigo para que en ese momento de verdad, justicia y reparación, las mujeres estemos en primera fila para construir el relato de este país".
'Las víctimas sin llanto' aporta "valor social" por abordar el yugo silenciador de la dictadura desde una perspectiva de género, según Sánchez Rubio. Para la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, la obra "permite conocer mejor la historia de muchas mujeres valientes que vieron sus vidas truncadas por el hecho de ser mujeres". De quienes "siempre" fueron "las olvidadas, las ignoradas".
"Es un trabajo humilde y digno que representa a tantas mujeres andaluzas que pasaron por esta misma situación", afirma la periodista Vanessa Perondi. "El dolor, los sentimientos y la lucha son universales", mantiene, y palpables a través de "las voces de nueve mujeres que durante mucho tiempo han estado silenciadas incluso para su propia familia". El "mayor arma del franquismo fue la represión", apunta Sara Gallardo. Y lo hicieron "tan bien", recalca, que los ecos "siguen metidos a día de hoy en nuestra sociedad". El miedo y el silencio, explican, como herencia generacional de los represaliados por el franquismo, de 'Las víctimas sin llanto'.

http://www.lamarea.com/2016/03/24/las-victimas-que-no-sabian-que-eran-victimas/

Las olvidadas del franquismo: las víctimas que no sabían que eran víctimas

‘Las víctimas sin llanto’ da voz y pone rostro a las mujeres que tuvieron que salir adelante en la dictadura por sí solas: “No son víctimas de violencia directa, sino de violencia estructural, ése es el poso en el que tuvieron que vivir”, explica la codirectora del documental, la periodista Vanessa Perondi.
24 marzo 2016
01:16
Las olvidadas del franquismo: las víctimas que no sabían que eran víctimas
María Rodríguez, una de las víctimas, junto a la directora, Vanessa Perondi.
-Venimos a que firme usted.
-¿Y qué tengo que firmar?
-Que su marido ha muerto por muerte natural.
-Mi marido se fue muy sano, muy sano y muy bueno. Mi marido ha muerto porque lo fusilaron ustedes.
-Como diga eso la vamos a fusilar a usted también.
-Pues que me lleven, ya me da igual. Ya criará a mis hijos alguna de mis hermanas. Me habéis quitado a tres. ¿Qué queréis que diga? ¿Que mi marido ha muerto de muerte natural?
“Mamá di que sí”, rogaba Fina Ruso, con cuatro años, a su madre. Hoy, con 80, reconstruye esta historia en Las víctimas sin llanto, un documental que da voz y pone rostro a las mujeres víctimas del franquismo que no sabían -ni ellas ni la sociedad- que eran víctimas. “No son víctimas de violencia directa, sino de violencia estructural, ése es el poso en el que tuvieron que vivir. Son las últimas de la cadena y no han sido reconocidas como víctimas, cuando también lo fueron”, explica la codirectora, la periodista Vanessa Perondi.
El documental recoge las historias de seis mujeres de la Bahía de Cádiz desde diferentes perspectivas: las que vivieron directamente cómo se llevaron a su padre al pelotón de fusilamiento, las que llegaron a militar clandestinamente en la transición y las que nacieron ya en democracia. Son Elena Fernández, Fina Ruso y María Rodríguez -hijas de fusilados- y Pilar Navarro, Rocío Palacio y Raquel Bolarín -nietas de fusilados-. En todas ellas, sobre todo en las más mayores, existe un denominador común: el miedo. Y ese miedo, añade Perondi, se ha traspasado entre generaciones. “Rocío representa la superación de ese miedo, porque creció pensando que su abuelo había descuidado a su familia porque se había dedicado a la política y estaba asumiendo el riesgo de que lo mataran. Que era un egoísta pero aquella imagen cambió cuando vio la película Tierra y Libertad, de Ken Loach”, cuenta la codirectora. Raquel, la más joven, explica el “silencio pedagógico”, el déficit educativo de las nuevas generaciones, el no saber realmente qué pasó.
María y su familia vivían en una casa grande. Cuando fusilaron al padre, su madre tuvo que coger a sus seis hijos y sus 25 añitos y meterlos a todos en un cuartucho porque no podía mantener aquel inmueble. “Yo veo estas cosas ahora, que echan [a la gente] a la calle y me da mucha pena. Yo lo he pasado. Mi madre con 25 años y seis hijos para luchar en aquel tiempo”, relata en el documental. “Son mujeres que tuvieron que recurrir al auxilio social bien para que sus hijos pudieran asistir a los comedores sociales, bien para que pudieran ir al colegio, bien para dejarlos como internos en determinadas instituciones… Ytuvieron que echar mano de la caridad que instituyeron los que les habían matado a su marido o al hijo o al padre. Eso es muy duro”, reflexiona la historiadora Alicia Domínguez.
La psicóloga María López, que participó en el proyecto de localización de fosas de Víznar-Alfacar, destaca la interiorización de la culpa, de la estigmatización, del duelo no cerrado. Y Pilar Peruyera, vicepresidenta del Foro por la memoria de El Puerto de Santa María, con uno de los penales más importantes en la dictadura, incide en una imagen que se repite sin cesar: la de la mujer que va a ver al preso y no sabe si va a estar o no. Asegura Elena que su madre se desmayó cuando acudió a la cárcel y en vez de ver a su padre vio una bolsita con sus enseres. Ya no estaba.
Perondi decidió poner en marcha esta iniciativa junto a la realizadora Sara Gallardo -la otra directora- tras entrevistar a una de las sobrinas de las rosas de Tabacalera, tres mujeres cigarreras a las que asesinaron. “Esa historia inspiró un corto documental que grabaron un compañero y Sara. Ahí la conocí a ella, que había participado en Las Constituyentes y El tren de la libertad, y, unos meses después conocí a María, una de las protagonistas. En ese momento supe que no quería hablar de las mujeres represaliadas directamente, sino de las que quedaron”, recuerda con emoción Perondi. Y ambas iniciaron la primera obra de Relatoras Producciones, una empresa con la que pretenden narrar historias relacionadas con los derechos humanos.
El documental, estrenado en San Fernando ante un auditorio absorto, ha sido autofinanciado: “Es muy humilde, pero muy digno. Hemos trabajado con mucha emoción. Chavales jóvenes nos han hecho el sonido; Miguel Medina, la banda sonora, que es increíble y la compuso a ciegas, le íbamos contando las historias, es digno de admirar, es la caña”.
Su objetivo ahora es proyectar la cinta en diversas instituciones para reconocer por fin a estas víctimas que no pudieron ni permitirse el lujo de llorar. Todas ellas, que no se conocían entre sí, se han reconocido unas en las otras al verse. El documental las ha ayudado a sacar lo que tenían dentro, a empoderarse… “Aunque María lo ha contado, pero no ha conseguido verlo”, concluye Perondi. Su condena fue de por vida.