diumenge, 17 de juliol del 2016

La guerra de las personas

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EVA MELÚS / NÚRIA MARRÓN
DOMINGO, 17 DE JULIO DEL 2016 - 00:01 CEST
JOAN COLOMINAS ARÚS(Cornellà, 1920). En abril de 1938, la República movilizó a la Quinta del Biberón, más de la mitad cayó en combate. Este payés del Baix Llobregat sobrevivió.
"Yo solo era un payés", suele repetir Joan Colominas Arús, uno de los últimos supervivientes de la Quinta del Biberón. Tenía 16 años cuando estalló la guerra y su mundo sencillo dio la vuelta. "Una de las cosas que más me indignó fue que la UGT se instaló en el Patronato, que era donde íbamos a bailar sardanas y ballets. Porque era considerada una entidad católica", explica. "Con la guerra, la religión se consideraba una cosa anticuada y el alcalde, que era de Esquerra, hizo echar abajo la iglesia de Santa Maria de Cornellà. Yo, con la bicicleta, fui a ver cómo la tiraban y me dieron ganas de llorar.Leer más...
ROSA ESCOLÀ TRIADÚ(Barcelona, 1932) Huyó aAnglès con su familia tras la primera bomba. Su madre, una chica bien con espíritu superviviente, hizo que la familia saliera adelante en Argelers, Bram y Rivesaltes.
A sus casi 84 años, Rosa Escolà Triadú conserva buena parte del estilo y el atractivo de antaño. El parecido con su madre es asombroso. Maria Triadú i Pairó (1910) fue la única superviviente de 10 hijos. Por miedo a perderla a ella también, sus padres la criaron entre algodones. Pero cuando tenía 18 años su madre murió y su padre volvió a casarse rápidamente. Poco dispuesta a vivir con su madrastra, decidió casarse con su padrino, Vicenç Escolà, seis años mayor, enamorado desde siempre de ella y con un buen trabajo en la policía secreta de la Generalitat. Estaba decidida a quererlo y, al parecer, lo consiguió. Leer más...
PERE FORTUNY (Mollet, 1933). Hijo de Josep Fortuny, alcalde de Mollet fusilado y presidente de la Associació Pro-Memòria als Immolats per la Llibertat a Catalunya.
la tarde del 15 de julio de 1939, el capellán Josep Casanovas se presentó en la casa de la familia Fortuny y dijo: "Esta tarde voy a hacer una gestión en relación a vuestro padre que vais a recordar toda la vida". Pere Fortuny, que tenía casi 6 años, explica que todos en casa se arrodillaron y besaron las manos del cura. Josep Fortuny, alcalde de Mollet entre 1937 y 1938, se había fugado del campo de Argelers y estaba esperando un indulto en La Modelo. La familia está convencida de que el párroco intercedió para evitarlo. Leer más...
ROSER ROSÉS SENABRE(Barcelona, 1926). ‘Trenes tallades: records d’una nena de Rússia’ es el título de su libro de memorias. Fue evacuada a la URSS con 12 años huyendo de las bombas.
El 19 de julio de 1936, cuando la insurrección franquista en Madrid llegó a Barcelona, Roser Rosés tenía 10 años y estaba de colonias en Calafell. "Paseábamos por la playa cuando oímos unos disparos. Supongo que el monitor intentó que no nos pusiéramos nerviosos y nos dijo que nos sentáramos todos en el suelo, que un perro rabioso se había escapado y lo habían sacrificado, pero era que algunos exaltados habían comenzado la guerra", recuerda Rosés. Leer más...
ANNA BATALLA SOLÀ(Manresa, 1948). Hija de presos políticos e impulsora de la memoria de la cárcel de mujeres de Les Corts.
Cuando Anna Solà oyó su sentencia de muerte, se apretó tan fuerte que los dedos se le quedaron marcados. Al volver a la cárcel de mujeres de Les Corts, sus compañeras creyeron que la habían torturado. Pero no. Había sido el 'shock'. De algún lugar había tenido que agarrarse: tenía 20 años y, en consejo de guerra, acababan de enviarla al paredón por 'delitos ideológicos'Leer más...
AMELIA PIQUÉ (Cornellà, 1938). Hija de Domènec Piqué, militante de Estat Català. 
ENRIC PALET (Barcelona, 1934). Propietario de una tienda colectivizada en Sant Gervasi y héroe anónimo.
Como tanta gente, cuando los alimentos básicos empezaron a escasear durante la guerra civil, Domènec Piqué convirtió el jardín del patio de su casa de Cornellà en un huerto. Cuando se marchó al frente de Aragón, en junio de 1938, aconsejó a su mujer, Amèlia Estades Hopkinson, que fuera arrancando hojas de acelga, que ellas solas irían creciendo. "Debían de cocinarlas todo el tiempo y su olor me sigue poniendo triste. El olor de la tristeza es para mí el de las acelgas, el olor que trajo la guerra", revela la hija del matrimonio, Amèlia Piqué. "El primer recuerdo que asocio a la guerra es el de las yayas llorando. Mi casa estaba triste", insiste. Leer más...