dilluns, 8 de febrer del 2016

PROTOCOLO ANTE EL HALLAZGO DE RESTOS OSEOS HUMANOS.

https://cronicasapiedefosa.wordpress.com/2016/02/07/protocolo-ante-el-hallazgo-de-restos-oseos-humanos/



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“Detrás de un simple objeto encontrado en el monte, puede haber la historia de una persona desaparecida“.
(Restos óseos del miliciano Ramón Portilla, imagen CRONICAS A PIE DE FOSA).

Jesús Pablo Domínguez Varona & Aiyoa Arroita Lafuente.
Bilbao. 7 de febrero 2016.
El motivo de este reportaje, no es otro, que el tratar de explicar detalladamente el “protocolo” de actuación ante el hallazgo accidental de restos óseos humanos en nuestros paseos por el monte. Este tipo de hallazgos se pueden realizar de manera fortuita después de labores de explotación forestal, movimientos de tierra por obras, corrimiento de tierras, por agentes meteorológicos, etc. También podría darse el caso, como ya ha ocurrido recientemente, que un buscador de objetos bélicos localizase restos humanos asociados a objetos metálicos o munición de la guerra civil, detectados con un detector de metales.
Sobre éste último supuesto, habría que decir en primer lugar que la tenencia de detectores no es ilegal pero sí su uso, si no es en asuntos arqueológicos con el correspondiente permiso de Patrimonio de la Comunidad Autónoma correspondiente.
Recientemente CRONICAS A PIE DE FOSA participó en una de esas prospecciones de la mano de los miembros de Euskal Prospekzio TaldeaKepa Ganuza, Mikel Diego, Iñaki Juaristi e Iñaki Rebolledo, para ver sobre el terreno la labor de este equipo. En este caso y de forma legal, el rastreo electromagnético con detectores de metales, es un “medio“ fundamental para la localización de restos de combatientes.
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Kepa Ganuza, Mikel Diego, Iñaki Juaristi e Iñaki Rebolledo de Euskal Prospekzio Taldea. (Imagen CRONICAS A PIE DE FOSA).
EL DETECTOR DE METALES.
El uso del detector de metales, o como lo llaman más técnicamente “detector electromagnético”, aplicado a la búsqueda de restos metálicos de la guerra moderna, se lleva realizando desde hace muchos años atrás.
El origen de ello nace con la propia aplicación del ejército en la búsqueda de minas o explosivos metálicos enterrados por el enemigo con detectores de metales.
Un detector de metales es un aparato sensible a la presencia de objetos metálicos. Sus principios físicos de funcionamiento están basados en la conductividad de los metales. El detector crea un campo electromagnético que penetra en la tierra hasta una profundidad determinada. Si ese campo se ve influenciado por la presencia de algún metal, el detector nota esa alteración emitiendo una señal sonora.
El sistema de este aparato electrónico es muy simple, mediante una batería eléctrica y un circuito electrónico traslada una carga eléctrica a través de un bobinado en el extremo del aparato que apunta al suelo y lo envía al subsuelo del terreno. Si no encuentra ningún objeto metálico la onda electromagnética se pierde en el terreno y si la encuentra, la devuelve rebotada. Esta señal electromagnética la envía y la recibe en breves segundos y dependiendo del objeto y profundidad la señal será mejor o peor.
Es simple pero muy eficaz, pues de esa forma se conoce la existencia de un objeto metálico enterrado en el suelo. El tipo de objeto, forma, composición metálica y profundidad los equipos más modernos ya lo indican, pero antiguamente solo indicaban la existencia del mismo.
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Prospección con detector de metales a cargo de Euskal Prospekzio Taldea. (Imagen CRONICAS A PIE DE FOSA)
LA PROSPECCION CON DETECTORES DE METALES.
Los peligros que conlleva el uso del detector en la prospección de lugares de combate, hace que toda precaución sea poca. Si por casualidad se hallase algún objeto o material peligroso, el protocolo nos dice que hay que dejar el objeto en su lugar, no moverlo y alejarse del mismo. Inmediatamente coger el teléfono y avisar a la Policía. Esto mismo hay que hacer si en nuestros paseos por el campo nos topamos con algún objeto bélico, bien como hemos dicho, sacado a la superficie por varias razones.
Hasta hace poco tiempo la búsqueda con detectores de metales de materiales bélicos de la guerra civil era el único fin con que se realizaba y a veces había la suerte de hallar algún resto óseo humano, que por desconocimiento y falta de protocolo, se recogía del lugar sin más. Se hacía más con el corazón que con la cabeza y muchas veces no se marcaba el lugar, antiguamente por falta de medios técnicos GPS, ni con fotografías ni otros medios.
Además tampoco había un interés especial en hallar restos humanos de nuestros soldados, solamente había un interés intrínseco en los objetos bélicos o en los objetos personales perdidos en los lances de batalla o en el peor de los casos en el de desposeer los restos para quitarles sus pertenencias.
Con el tiempo se han hecho trabajos donde ya se marca o localizan algunas de estas fosas, principalmente del bando republicano y que gracias al programa del Gobierno Vasco, “PLAN VASCO 2015-20 DE INVESTIGACION Y LOCALIZACION DE FOSAS PARA LA BUSQUEDA E IDENTIFICACION DE PERSONAS DESAPARECIDAS DURANTE LA GUERRA CIVIL”, se espera recuperar las 80 señaladas y encontrar otras antes de finalizar el año 2020.
En los últimos años ya se han encontrado, por prospección, varios combatientes en Bizkaia, recordemos el del soldado de Peña Lemona, Hilario Blanco y el de la cota 333 en (Ganzabal), Eloy Bengoechea, ambos felizmente identificados. El resto se han hallado gracias a informaciones aportadas por familiares y particulares, que han visto las noticias y se han animado a compartir sus conocimientos.
En esté ultimo mes de enero de 2016 se han exhumado 3 enterramientos o “fosas de guerra” individuales en la localidad de Larrabetzu (Bizkaia) de las que ya hemos informado en estas páginas. Sin embargo aún queda por lo menos 1 enterramiento más, pendiente de exhumar también en esa localidad. Ha sido localizado debido a las intensas batidas a las que se está sometiendo la zona, donde no se deja ni la más mínima área sin buscar.
De las tres exhumaciones realizadas, sólo una de ellas contenía objetos de identificación como la de Ramón Portilla, miliciano del batallón Celta de la CNT, gracias al hallazgo de su placa número 64.160.
Estos objetos, las hebillas de cinturón de gudari y las placas de identificación, son un “goloso” trofeo para los buscadores de reliquias que rastrean de forma ilegal, pero para Euskal Prospekzio Taldea, Aranzadi y Crónicas a pie de Fosa son una esperanza para las familias de los desaparecidos, por lo que no debieran guardarse en colecciones particulares, no sin antes notificar su hallazgo y existencia.
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Hebilla de cinturón de Gudari hallada en prospección. (Imagen cedida por Mauro Saravia www.maurosaravia.com).
Furtivos a parte, que siempre los habrá, nosotros nos centramos en los buscadores y prospectores legales que rastrean nuestros montes para buscar a nuestros combatientes, héroes de distintas banderas pero con un fin común, la libertad y la república.
Su trabajo no es fácil, muchas veces monótono y otras altamente peligroso al encontrarse con material bélico. En ocasiones han estado a punto de perder la vida al encontrarse con material explosivo inestable o por mala manipulación que ha explotado y que les ha llevado algún miembro.
Este reportaje va dirigido a ellos, a esos héroes que dejan su dinero y tiempo libre buscando soldados por montes donde hubo guerra, llevando a cabo una labor poco reconocida pero con un protocolo de actuación, ante un posible resto humano asociado a unos objetos localizados con el detector de metales.
Los prospectores que trabajan en proyectos de recuperación de combatientes bajo el amparo delGobierno Vasco y con la dirección de la Sociedad Aranzadi, en este caso Euskal Prospekzio Taldea, este protocolo de actuación es su “biblia” de cada día. Se ciñen a los parámetros marcados y cada vez que encuentran un objeto, chapa de identificación, hebilla o munición de guerra, se afanan en recuperar los objetos con sumo cuidado para comprobar que debajo o junto a los mismos haya algún resto óseo o correaje militar de cuero que pueda indicar que puede haber restos de un combatiente enterrado.
Restos óseos de un gudari en Peña Lemona y objetos asociados al mismo. (Imagenes en color Sociedad Aranzadi e imagen en blanco y negro del correaje, cartucheras y hebilla Joseba Diéguez)
PROTOCOLO ANTE LOS OBJETOS METALICOS JUNTO A RESTOS OSEOS.
1.- La forma de actuar ante un objeto metálico hallado, es en primer lugar, limpiar la zona con mucho cuidado y cavar alrededor del objeto para comprobar si existen huesos bajo él o más materiales metálicos como munición u otros objetos.
2.- Si debajo o al lado del objeto metálico aparecen huesos, en un número no inferior a 3 ya se tiene como prueba de que hay restos óseos.
3.- Inmediatamente se hacen fotos detalladas de los huesos y se remiten a Aranzadi para comprobar que son huesos humanos y no de animales y así proceder con su marcación y señalización.
4.- Con el visto bueno arqueológico que indica que son huesos humanos, se marcan los restos óseos y objetos con papeles numerados, uno para cada tipo de material, se coloca un jalón de medición y la flecha de orientación marcando el norte.
5.- Con el trabajo detallado bien hecho se fotografían los hallazgos y la escena como si fuese un lugar de una película del C.S.I ante un crimen moderno. Se marca y señaliza con sistema de localización GPS el lugar del hallazgo para encontrarlo después, se recogen los objetos metálicos hallados y los huesos que han quedado a la vista y se guardan etiquetándolos. No se continúa excavando en el lugar, aunque se detecten nuevos objetos metálicos.
Más tarde, cuando se efectúe la exhumación de los restos, tanto los objetos metálicos como los huesos recuperados el día del hallazgo, son nuevamente colocados en su lugar para hacer la reconstrucción de la escena.
6.- Se tapa otra vez todo lo excavado y se preserva de otros “buscadores”, animales o inclemencias del tiempo.
7.- Cada cierto tiempo se “vigila” el enterramiento para verificar, mientras se decide la exhumación, que todo sigue en orden y no se ha visto alterado por “agentes” externos.
Aunque parezca complicado, para Euskal Prospekzio Taldea, es una tarea sencilla que sólo hay que llevar paso a paso sin saltarse ningún punto.
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Localización de objetos metálicos y busqueda de restos óseos humanos asociados. (Imagen CRONICAS A PIE DE FOSA).
PROTOCOLO PARA PROFANOS ANTE HALLAZGOS ACCIDENTALES.
Sin embargo para otro tipo de personas, que por búsqueda programada o accidental, se encuentren con restos óseos asociados o no a objetos metálicos, puede ser algo complicado al no ser expertos. Pare ellos unos consejos.
1.- Lo mejor sería no practicar ninguna prospección, ya que no se cuenta con ningún permiso y se está haciendo algo ilegal que nos puede traer o no consecuencias.
2.- Por desconocimiento del tema y del protocolo de prospección arqueológica, lo mejor ante un resto óseo hallado es llamar y comunicar el mismo a la Sociedad Aranzadi, si es posible desde el mismo lugar. Si por cualquier causa, al ser lugar de montaña, no tenemos cobertura, marcaremos el sitio del hallazgo y nos alejaremos hasta encontrar un lugar desde el que llamar. Para ello intentaremos llevar, si hacemos la labor regularmente de pasear por el monte donde hubo combates bélicos, el número de teléfono de Aranzadi por si eso ocurriera.
Con la comunicación del hallazgo realizada, haremos lo que nos indiquen por teléfono, indicando que estamos en un lugar susceptible de que los restos puedan ser humanos, ya que no se tienen conocimientos de distinción antropológica entre animales y estos últimos.
Las trincheras son un lugar peligroso por la existencia de proyectiles de artillería, en este caso desarmado. Hallado en Peña Lemona durante los trabajos de acondicionamiento de la red de trincheras de la guerra civil. (Imagenes, CRONICAS A PIE DE FOSA).
3.- Si lo que encontramos son restos de material bélico como bombas, granadas o proyectiles, lo que hay que hacer es llamar inmediatamente a la policía, en este caso en el País Vasco a la Ertzaina, a través del número de teléfono 112 y nos alejaremos del lugar a una distancia prudencial marcando el lugar.
En el caso de hallar restos óseos tenemos que tener en cuenta que una vez denunciado el hallazgo estamos involucrados en un caso de una persona desaparecida hallada en extrañas circunstancias, así que no nos tenemos que asustar y solamente seguir las instrucciones que recibamos por teléfono. Aranzadi está más que acostumbrada a éste tipo de hallazgos y tienen su propio protocolo. No tenemos que tener miedo de nada si hacemos esta labor, acabamos de hacer algo muy positivo hacia con la persona hallada, ante su familia y con la sociedad entera.
4.- Como no somos personal técnico de Aranzadi o de Euskal Prospekzio Taldea no recogeremos ningún hueso o resto óseo del lugar.
Con el trabajo bien hecho y por la labor encomendada a quien corresponde, hemos cumplido el protocolo y nos podemos dar por satisfechos.
Una vez que Aranzadi certifica que son restos de la guerra civil, nos dará indicaciones de lo qué hacer y es el departamento de antropología forense de la Sociedad Aranzadi, quien se hace cargo del protocolo.
5.- Si el hallazgo es solamente objetos personales sin relación con restos óseos, sería de obligado cumplimiento, la notificación de los mismos y muestra de fotografías tanto la Sociedad Aranzadi como al grupo de prospección legal de Euskal Prospekzio Taldea. El motivo no es más que hacer un inventario y conocimiento de todos los hallazgos realizados, para de esta forma hacer prospecciones más completas y eficaces en esas zonas. No somos profesionales y podríamos haber pasado por alto algún resto óseo sin darnos cuenta.
Material bélico variado hallado en prospecciones. (Imagen CRONICAS A PIE DE FOSA).
Desde estas páginas denunciamos a otro tipo de personas que sólo les mueve el interés intrínseco del material de guerra, de los propios objetos personales de los combatientes. Afortunadamente cada vez son menos este tipo de personas sin escrúpulos que saquean estos enterramientos, robando a nuestros héroes de guerra sus últimas pertenencias.
Si por el monte vemos a este tipo de gente hay que denunciarlos ante las autoridades competentes, sólo de esta forma los prospectores legalmente autorizados por el Gobierno Vasco y Aranzadi tendrán un campo de trabajo limpio sin extracciones ilegales y más posibilidades de encontrar a combatientes enterrados.
Esos miembros competentes de Euskal Prospekzio Taldea, héroes modernos de la Sociedad Aranzadi, involucrados con el proyecto, baten y peinan nuestros montes en busca de restos óseos de soldados.
Aún hay enterrados cientos de defensores de la república, incluso puede que soldados nacionales rebeldes, que tienen todo el derecho a ser rescatados de debajo tierra. La guerra civil pasó hace 80 años pero aún las heridas no están cerradas, falta encontrar a los desaparecidos y devolverlos a sus familias si se puede.
ARANZADI, EUSKAL PROSPEKZIO TALDEA y CRONICAS A PIE DE FOSA están comprometidos con ello y contamos con el apoyo del GOBIERNO VASCO.
Ayúdanos y forma parte del proyecto, habla con los mayores, pregúntales donde hay fosas o enterramientos de combatientes. Investiga y si conoces emplazamientos de fosas informa a Aranzadi, la sociedad vasca en general te lo agradecerá.

TELEFONO EN CASO DE LOCALIZAR RESTOS OSEOS U OBJETOS PERSONALES DE COMBATIENTES.
SOCIEDAD ARANZADI -. Tel: 943 46 61 42.
TELEFONO EN CASO DE LOCALIZAR RESTOS BELICOS PELIGROSOS.
ERTZAINA (POLICIA)- Tel: 112. (Central). Denuncia de hallazgos de material bélico. Nos pondrán en contacto con la comisaría más cercana al lugar del hallazgo.

AGREDECIMIENTOS.
Agredecemos a Euskal Prospekzio Taldea y en especial a Alberto J. Sampedro “ Ixile”, por la labor como asesor para la realización de este reportaje.