dissabte, 7 de març del 2015

Luciérnagas de Ana María Matute


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«Ahora, esas gentes que no debían mirarse, prohibidas, cuya existencia se les mantenía oculta y de las que era obligado olvidarse, invadían de nuevo la ciudad. De pronto no cabían en la calle y venían a inundar con su realidad ineludible el pequeño mundo, suave, de caperucitas rojas y lobos de cartón, acrecidos, apelotonados, en número mucho mayor del que podía suponerse, y hacía ostensible su presencia. [...] Asomada a la ventana, veía cruzar los coches pintarrajeados, atiborrados de hombres y mujeres armados. Unos seres cuyos rostros jamás vio en parte alguna ni supuso que existieran.» (pp. 38-39).
«Tenía miedo a la vida, como Cristián, como su madre, como las mujeres de la cárcel. Ella misma, todas, pensando eternamente en que los hombres se agusanan en las cunetas o se convierten en tristes sombras de sí mismos, mutilados. María seguía hablando, pero ya no la escuchaba. [...] Un mundo alboreaba en ella, donde existirían los zapatos rotos, la tabla de multiplicar, los grandes cielos calientes, las bombillas apagadas, las balas de fusil, los insectos, las manos que palpan piel humana y corteza de árboles, un mundo de desolación y de alegría, de felicidad y de preocupaciones, de gritos y de largos bostezos. Y estaba en ella, con ella, dentro de ella con sus propios cielos, con las rejas de su cárcel, con su dolor y el lejano canto de los pájaros.» (pp. 279-280).
Buscando en el baúl de la memoria, entre aquellos libros y escritores que más me han marcado, ha aflorado en el recuerdo un libro muy especial, que sufrió la censura del franquismo en 1955, pero, que en 1993 se publicó íntegramente, como la escritora escribiese por primera vez en aquellos años de dictadura. Les hablo de Luciérnagas, la obra de la ganadora del Premio Cervantes 2010,  Ana María Matute.
Para aquellos que aún desconozcan la figura de Matute, descubrirles a una de las mejores  novelistas españolas, miembro de la Real Academia Española, con el asiento K y, considerada por muchos como una de las mejores novelistas de la posguerra española, gracias a un estilo inconfundible, que lejos de ahondar en las razones que llevaron a la guerra, sí indaga en ese profundo dolor de quienes la vivieron y todo lo que ello conllevó.
Matute, la escritora
Antes de hablarle de su singular, y especial, Luciérnagas, quisiera rescatarles un poquito de la vida de esta gran escritora. Ana María (Barcelona, 1925) procede de una familia numerosa, la segunda de cinco hermanos, perteneciente a la pequeña burguesía catalana, conservadora y religiosa. Sus primeros años de vida transcurrieron entre Madrid y Barcelona, sin embargo, a los cuatro años Matute, a consecuencia de una enfermedad,  vivirá con sus abuelos en Mansilla de la Sierra, un pueblo pequeño en las montañas riojanas, del cual, y de sus gentes, se puede encontrar la huella en Historias de la Artámila de 1961. Matute se inició en el mundo de la literatura con Pequeño teatro a los 17 años de edad, aunque ésta no viese la luz hasta 11 años más tarde.
Si un hecho marcó de por vida la vida de Matute, al igual que ocurriese en la infancia de miles de niños, fue el estallido de la Guerra Civil y sus trágicas consecuencias: el odio, la muerte, el hambre, la angustia, la pobreza marcaron tanto a la niña como la escritora, bien reflejo de ello son sus obras: Los Abel (1948), Fiesta al noroeste (1953), Pequeño teatro (1954), Los hijos muertos (1958) o Los soldados lloran de noche (1964).
En el terreno amoroso Matute se puede decir que fue una mujer adelantada a su tiempo al divorciarse de su primer marido, el escritor Ramón Eugenio de Goicoechea, pero a consecuencia vivió en primera persona el machismo de un sistema patriarcal que como   resultado de las leyes españolas, le imposibilitaron ver a su hijo. Matute encontraría su amor verdadero años después, al lado del empresario francés Julio Brocard.
Tras la muerte del dictador, en 1976 Matute fue propuesta para el Premio Nobel de Literatura y, en 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil con la obra Sólo un pie descalzo. En 1996 publicó Olvidado Rey Gudúgracias a la cual, fue elegida académica de la Real Academia Española de la Lengua, convirtiéndose en la tercera mujer aceptada dentro de esta en sus 300 años de historia. Matute es también miembro honorario de la Hispanic Society of America. En 2007 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su labor literaria. A día de hoy, Matute es profesora de la universidad y viaja a muchas ciudades para dar conferencias, especialmente a los Estados Unidos. E incluso, la universidad de Boston tiene en su biblioteca un fondo llamado Ana María Matute Collection y, existe un premio literario que lleva su nombre, además, sus libros han sido traducidos a 23 idiomas.
Luciérnagas
La historia de esta obra, Luciérnagas, es una vida de censura, de reliquia y, para algunos, de olvido. De censura, porque a pesar de ser escrita en 1949, no se publicó, hasta 1955 bajo el título En esta tierra tras ser revisada y mutilada por la censura franquista; de reliquia porque no siempre ha sido fácil encontrarla en las librerías, y de olvido, porque tras agotarse la edición de 1993 era casi una quimera encontrar esta obra, como ocurre con las primeras obras de Matute.
Tras el franquismo, En esta tierra se publicó por la editorial Destino en 1993 bajo el título Luciérnagas, contando con la revisión de la misma Matute para devolver a la obra aquellos fragmentos robados por la censura.  Tras esta edición de 1993, la novela no volvió a ver la luz hasta una posterior edición en 2011 gracias a Austral, y BackList, convirtiéndose ésta en la única que podrán encontrar en las librerías.
Matute gracias a una prosa sutil, lejos de cargar las tintas contra republicanos o nacionales, describe el dolor y la locura que la guerra provoca en quienes vivieron aquellos años tan cruentos, de hambre, de dura pobreza, de violencia y de miedos, ya fuese directa o indirectamente. La obra narra, a través de un grupo de jóvenes, de una forma realista aquellos sentimientos que vivieron durante la Guerra Civil en la Barcelona de 1936.   Gracias a los ojos de la protagonista, Soledad, quien pierde a sus seres más queridos durante la guerra, transmite al lector su forma de entender y vivir los acontecimientos que truncaron toda la vida de un país.  Sol, de Soledad, en los primeros años de guerra pierde a su padre, vive la decadencia de su familia, tanto económica como sentimental, la “huida” de su hermano Eduardo, quien decide irse de casa, y la depresión de su madre. Ante todas estas circunstancias y a aquellas más que deberá enfrentarse, Sol, una muchacha de  15 años, frágil y delicada, deberá madurar durante la guerra y despojarse de la niña que es. Será en este contexto cuando entre tanta oscuridad brillen unas pequeñas lucecitas, gracias a un amor, intenso y denso, que devolverán a nuestra protagonista a la vida. A través de ese amor, en un mundo donde aparentemente ya no existe, Soledad comprenderá qué es la vida y que a pesar del dolor porqué merece la pena vivirla y saborearla.
Luciérnagas, al igual que muchas otras obras de Matute, es un retrato, una perfecta radiografía, de los sentimientos que vivieron miles y miles de españoles durante la guerra civil. Bajo un sello indiscutible, con un estilo propio que caracteriza  su obra, Luciérnagas nos habla de la inocencia interrumpida, del dolor y la derrota, para tornarse a pesar de todos los sufrimientos en una oda a la vida. De ahí, y porque es una de las mejores novelas que tratan el tema de la guerra civil, desde la curiosa mirada de Hipatia les recomendamos que no dejen escapar tan magnífica lectura, que sencillamente, se resumimos como brillante e impresionante.
Además, indicarles que el prólogo está escrito por Esther Tusquets, quien como muy bien indica, a través de esta obra, de la misma protagonista, Sol, podemos encontrar a la propia Ana María Matute, quien al igual que Soledad también vivió la guerra, y con once años pasó de una realidad llena de cuentos y fabulas a otra más cruenta donde descubrió que los hombres también pueden matar.
Sin más, qué disfruten de la lectura!!!
Por A.C.