dissabte, 7 de març del 2015

BARCELONA BAJO LAS BOMBAS.


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Refugi307
Refugi 307
© MUHBA (autor Pep Herrero)

Texto:

A lo largo de la Guerra Civil Española la ciudad de Barcelona fue bombardeada en numerosas ocasiones. Consecuencia de los ataques fue la construcción de una ciudad subterránea, búnkeres en el subsuelo de la ciudad. Hoy, parte de esta otra Barcelona, la que existe bajo los adoquines, se puede visitar en lugares como elRefugi 307.
A lo largo de la Guerra Civil Española la ciudad de Barcelona fue bombardeada en numerosas ocasiones. Testigos de los primeros ataques afirman que los barceloneses desconocían que pudieran ser agredidos de esa manera, de hecho, temían más un ataque químico que no una agresión desde el cielo o desde el mar. Por este motivo, cuando los primeros aviones empezaron a sobrevolar Barcelona con la intención de lanzar sus bombas, muchos niños subían corriendo a los terrados de la casas para verlos de cerca.
Después de los primeros bombardeos, las autoridades locales crearon la Junta de Defensa Pasiva para poner en marcha las medidas que hicieran falta para salvaguardar las vidas de la maltrecha población civil. Al principio se habilitaron los sótanos de las casas y los túneles de la red de metro para esconderse del terror. Pero no fueron suficientes ya que los ataques tanto por aire como por mar se intensificaron y los barceloneses ya no sabían qué hacer para proteger sus vidas y las de los suyos.
Por esta razón, la población civil empezó a construir refugios en el subsuelo de la ciudad. Como la mayoría de hombres jóvenes estaban en el frente, los encargados de perforar el subsuelo eran personas mayores y niños que, con pico y pala, agujerearon la ciudad. Se llegaron a crear más de mil pero hoy en día solo se conservan unos pocos. El más destacado y que, además, se puede visitar, es el Refugio 307, al pie de la montaña de Montjuic. Este espacio lo gestiona el Museo de Historia de Barcelona, que aglutina varios emplazamientos históricos diseminados por la Ciudad Condal.

LA VIDA BAJO LOS ADOQUINES
El Refugio 307 podía acoger a unas 2.000 personas a lo largo de sus 400 metros de túneles.Contaba con tres entradas –evitando así quedar atrapados si se quedaba bloqueada una de ellas- y todavía hoy se pueden ver varios espacios como los lavabos o la enfermería en la que se daban los primeros auxilios a las personas que entraban heridas por la metralla. Y es que la gente, una vez sonaba la sirena que les alertaba de un bombardeo inminente, tenía muy poco tiempo para llegar a los refugios –apenas dos minutos-, por lo que arribar sanos y salvos a las guaridas, a veces, era casi misión imposible.
Los bombardeos, a excepción de los acaecidos durante tres días en marzo de 1938, solían durar unas dos horas. Durante este tiempo las personas que se hallaban en los refugios debían respetar unas normas de convivencia. Las dos más importantes eran ser optimistas y no hablar ni de política ni de religión para evitar posibles enfrentamientos. Parece paradójico que en los refugios de la Barcelona republicana no se pudiera conversar sobre estos asuntos pero cabe recordar que en mayo de 1937 hubo un cruento enfrentamiento entre anarquistas y comunistas que se saldó con 400 muertos y más de 1.000 heridos, por lo que los ánimos en el bando republicano estaban bastante soliviantados.
Todavía viven algunos de los niños, hoy ancianos, que se llegaron a guarecer en el Refugio 307. Algunos recuerdan cómo a la entrada les daban un palo de madera para morderlo cuando explosionaran las bombas evitando así problemas en los oídos. O cómo muchos de ellos jugaban en la sala que se construyó para que pudieran pasar un rato entretenidos ajenos a la barbarie exterior.
Al acabar la Guerra Civil Española, la mayoría de refugios cayeron en el olvido. Muchos de ellos fueron destruidos con la ampliación del metro y con la construcción de aparcamientos. La zona este del Refugio 307 fue reaprovechada por una fábrica de vidrio como horno y almacén mientras que la entrada oeste fue ocupada por una familia de Granada que vivió allí durante bastantes años en la época del barraquismo, un fenómeno que caracterizó el paisaje urbano de Barcelona hasta principios de la década de los 90 del siglo pasado.
Barricada en Barcelona
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