divendres, 26 de desembre del 2014

LA HERIDA ABIERTA: “CARTAS Y DIARIO DESDE LAS CÁRCELES FRANQUISTAS EN EXTREMADURA.


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Moisés Cayetano Rosado
Viernes, 26 diciembre 2014


[Img #40839]La piel superpuesta por el tiempo no puede curar la herida que no ha cicatrizado, por lo que el desgarro y el dolor continúan entre los que padecieron directamente las consecuencias del golpe profundo y se alarga en la vida de los que les suceden.

Esto es lo se desprende de tantos testimonios como se han ido y se van conociendo, en los que se nos muestra la brutalidad de nuestra Guerra Civil de 1936-39, así como las consecuencias terribles de “represión, miedo y violencia”, como nos indica el historiador Francisco Javier García Carrero en la “Introducción” de su libro Cartas y diario desde las cárceles franquistas en Extremadura (Consejo de guerra y fusilamiento de José Vera Murillo), que coeditan la Diputación de Badajoz y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, en un cuidado libro en formato “de bolsillo”, de 147 páginas.

La obra  se nos ofrece con una carga emotiva, testimonial y de rigor histórico considerables. El punto de partida -como el autor dice en “Nota aclaratoria” inicial- es un ejercicio de fin de curso de una de sus estudiantes de 2º de Bachillerato: Isabel Holguera Vera, que trataba sobre su bisabuelo José Vera Murillo, luchador republicano que padeció la captura, encarcelamiento y muerte por parte del franquismo triunfante, utilizando como fuente principal el propio abuelo de la alumna, hijo del biografiado.

Con prólogo sentido del presidente de la Diputación, Valentín Cortés Cabanillas, y riguroso epílogo del presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, José Manuel Corbacho, el libro se divide en cuatro capítulos. A ello se une un índice de siglas y anexos de transcripción de cartas de José Vera Murillo sacadas clandestinamente desde la cárcel de Badajoz, dirigidas a su esposa, hija Engracia e hijos José y Juan, despidiéndose de ellos poco antes de morir fusilado, en mayo de 1940. Termina con amplia bibliografía y anexo fotográfico de José Vera Murillo (única foto que se conserva, vestido de militar republicano), su mujer, Inocencia, y sus hijos Engracia, Juan y José.

En el primero de los capítulos hace una introducción sobre el concepto de represión en el primer franquismo y sus componentes esenciales de violencia y miedo, acompañándose de notas bibliográficas de refuerzo, entre las que destacan las de los historiadores extremeños Julián Chaves Palacios y Francisco Espinosa Maestre, que junto a las publicaciones de José Luis Gutiérrez Casalá, entre algunos otros, serán recurso frecuente en sus consideraciones generales sobre la guerra e inmediata posguerra en Extremadura.

Un segundo capítulo trata sobre los consejos de guerra franquistas, destacando su contenido inquisitorial, la falta de garantías procesales y el final fatídico para gran parte de los encausados: la sentencia de muerte, que se ejecuta tras un breve plazo de encarcelamiento, de los que muestra Francisco Javier algunos ejemplos. Con ellos nos traslada emotivas cartas de despedida familiar, recurriendo a los testimonios publicados por otros autores, como los citados anteriormente y algunos más entre la amplia relación de los historiadores que afortunadamente se suman cada vez en mayor número al estudio de esta etapa de largas décadas hasta hace poco intencionadamente ignoradas.

El tercer capítulo entra de lleno en el estudio de José Vera Murillo, siendo el más extenso, quedando dividido en tres subcapítulos. Un primero se alarga sobre la biografía del protagonista hasta su detención. Destaca su compromiso social y su participación activa en la vida de su pueblo, Campillo de Llerena, especialmente durante la Segunda República, así como su participación en la Guerra Civil, primero en Campillo y después en diversos frentes (Extremadura, Brunete, Teruel, Madrid), alistado como voluntario, llegando a ostentar el grado de capitán.

Un segundo apartado se extiende presentando y analizando las cartas enviadas desde las cárceles extremeñas por las que pasó tras su detención cuando, acabada la guerra, en lugar de huir se acercaba a su pueblo para velar por su familia. Cartas de esperanza a su mujer, sabiéndose inocente, cumplidor siempre de su deber, recto y humanitario en su proceder en los tiempos confusos del golpe militar, que muchos aprovecharon de un lado y otro para “ajuste de cuentas”. Confiados testimonios del que aún piensa en salvarse, basándose en una justicia, que poco a poco va viendo inexistente, como reflejaría en su diario sacado clandestinamente de la prisión de Badajoz.

El último apartado de este tercer capítulo ya es un relato de la muerte anunciada. “Turbación y muerte”, dice Francisco Javier García Carrero. Desesperanza, asesinato, desamparo y desgarro familiar total, con notas sacadas de las cartas familiares de los últimos días, que se transcriben completas en anexo.

Llega así a la breve Conclusión del libro, donde reflexiona sobre las consecuencias dilatadas en el tiempo para la familia de los represaliados, de los asesinados, a los que se les condenó al dolor de estas muertes injustas y crueles, uniéndose a ello el estigma, la burla y el silencio durante varias décadas, hasta que muy entrada la democracia han ido descubriéndose los casos tan sangrantes que libros como éste nos muestran con rigor y emocionada ejemplaridad.