dissabte, 25 d’octubre del 2014

Él mismo se excavó el agujero para meterse dentro. Las marcas del pico que usó están en la pared



Claudio Macías conoció la cárcel tras la revolución de 1934. Amnistiado en 1936 combatió en la guerra española y regresó a su pueblo una vez caído el frente de Asturias. Ya sabía lo que era la violencia franquista, por lo que decidió esconderse primero en el monte y después en la bodega de su casa. Tenía 31 años. Enfermó gravemente, y por miedo a que su familia corriera la misma suerte que su hermano Arsenio de 16 años, asesinado por los falangista por negarse a confesar donde estaba escondido, pidió que su cuerpo fuera enterrado en su propia casa, dentro de una urna de madera. El cavó su propia tumba y se dejó morir.
Ahora la ARMH ha procedido a la exhumación de su cuerpo, y el arqueólogo forense de esta Asociación, René Pacheco, ha informado que: "Él mismo se excavó el agujero para meterse dentro. Las marcas del pico que usó están en la pared".