dilluns, 6 d’octubre del 2014

“A exhumar cadáveres no te acostumbras, pero eres una herramienta para la familia”

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Entrevista a Javier Iglesias, antropólogo forense

Javier Iglesias está preparando su doctorado en antropología forense en la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid y desde el año 2008 forma parte del equipo de la Sociedad Aranzadi para excavar las fosas de desaparecidos y ejecutados durante la Guerra Civil.
M. Cruz Aguilar / Abejuela
19/09/2014

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Javier Iglesias está preparando su doctorado en antropología forense en la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid y desde el año 2008 forma parte del equipo de la Sociedad Aranzadi para excavar las fosas de desaparecidos y ejecutados durante la Guerra Civil. Hace unos días estuvo en Teruel para co-dirigir el campo de trabajo que exhumó las tumbas de cuatro soldados republicanos en el alto de La Salada, a medio camino entre Abejuela y las localidades castellonenses de Bejís y El Toro. La iniciativa fue promovida por el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia, del que también forma parte.
- Tiene gran experiencia en exhumaciones sobre la Guerra Civil, ¿qué tienen de particular los realizados en Abejuela?
- Lo particular principalmente es que no se trata de grupos cerrados. Cuando exhumamos fosas de represaliados de la Guerra Civil trabajamos con una serie de datos y documentación que nos certifica que los restos son de unas personas en particular. En el caso de los soldados del frente desconocemos quienes son.
- ¿Es fácil vincular unos restos con los familiares que los demandan?
- Una cosa son los represaliados, los civiles, pero a la hora de hacer los estudios cada fosa es un caso diferentes. En el caso de represaliados si la fosa coincide con el número se hace una investigación antropológica y después se toman las muestras de ADN para cotejarlo, otra cosa es que la identificación sea positiva o no.
- Supongo que en el caso de Abejuela será más difícil encontrar a los familiares.
- Sí, hablamos de 1.500 soldados que murieron en ese frente, en el conjunto de España el número está entre los 40.000 y los 60.000. Nos llamó un familiar de Madrid que busca a una persona que podría coincidir por el batallón y por las fechas en las que había muerto, pero a no ser que aparezca un esqueleto con unas particularidades concretas es difícil. Los soldados son gente joven, bastante joven como en el caso de Abejuela, que no tenían descendientes, y los familiares que tienen no son tan directos. Hay fallecidos a los que ya no le queda nadie, solo familiares de segundo grado que a la hora de hacer el cotejo de ADN aún complica más las cosas. Del primer soldado que encontramos en la zona de La Salada solo han aparecido cinco posibles familiares en un año.
- Forma parte del grupo para la recuperación de la Memoria Histórica de Valencia, ¿a qué responden las excavaciones que realizan?
- Normalmente es a petición de las familias, de hecho la ley de Memoria Histórica exige que haya una solicitud de los familiares. En el caso de los soldados de Abejuela ha sido el grupo el que ha propuesto la exhumación.
- La colaboración de los lugareños es vital a la hora de localizar restos y fosas, ¿no?
- Efectivamente, son los que nos van a centrar el lugar, a veces son gente que ha participado en los enterramientos múltiples que se hicieron tras la guerra.
- ¿Qué es lo más le ha impactado en estas excavaciones sobre la Guerra Civil?
- Todas las fosas son muy difíciles en el sentido de que encuentras personas represaliadas y detrás siempre hay una historia y una familia. En la fosa de la loma de Montija, en Burgos, estaban todos los cuerpos maniatados; en la del Estepar, también en Burgos, había cuatro fosas y solo pudimos abrir tres, pero eran muy numerosas, de 30 individuos. En la de Urbasa, en Navarra, buscábamos a tres personas y había diez, después de fusilarlos les tiraron unos perros que se comieron los cuerpos. Luego están las fosas que no hemos encontrado.
- ¿Se acostumbra uno a algo tan duro como exhumar cadáveres?
- A esto no se acostumbra nunca nadie, pero todos sabemos que somos una herramienta más para los familiares, ahí radica la importancia de hacerlo.
- Ahora no hay apenas ayudas para las excavaciones, ¿cómo logran financiarlas?
- Hay algunas comunidades que sí financian, como el Gobierno vasco y el navarro, que dan ayudas a Aranzadi, o la Junta de Andalucía. El grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica ha hecho varias actuaciones a través de crowdfunding o micro mecenazgo y este año se nos ocurrió dar un curso formativo y a la vez abrir las fosas de los soldados. También hemos hecho alguna exhumación con asociaciones culturales a través de donativos de gente y de donaciones de obras por parte de artistas. Pero es el Estado quien tiene que hacerse responsable de la memoria histórica, de la búsqueda de la justicia y de la reparación de las víctimas del franquismo .