dijous, 31 de juliol del 2014

Homenaje a 4.000 fusilados en el cementerio de Granada.


http://granadaimedia.com/homenaje-victimas-guerra-civil-cementerio-granada/

Con vídeo en el enlace original.

memoria historica cementerio de granada
Pepa Miranda interviene en representación de las familias represaliadas en la guerra civil.
José Miranda Lara, empresario y secretario de la agrupación local socialista de Padul, le sacaron de su casa preso la madrugada del 28 de julio de 1936 para fusilarlo 10 días después, un 7 de agosto, en la tapia del cementerio de San José junto a otras 52 personas, entre ellas el director de El Defensor de Granada, Constantino Ruiz Carnero.
El padre de José y tres mujeres más de la familia corrieron la misma suerte cuatro meses después en otro escenario similar, el cementerio de Loja.
Pepa Miranda rompió ayer el silencio de su familia 78 años después para contar la trágica historia de sus vidas. Fue en el homenaje que cada 18 de julio organiza la Asociación Granadina por la Memoria Histórica en la tapia del cementerio de Granada, donde fueron asesinadas 3.720 personas.
“Un espeso silencio ha rodeado siempre unos hechos que empezaron en esta tapia con el asesinato de mi abuelo Pepe Miranda Lara y que continuaron en otras tapias, en la del cementerio de Loja donde fue asesinado mi bisabuelo y tres mujeres más de la familia”.
“Los muertos no nos pertenecen exclusivamente a las familias, los muertos pertenecen a la sociedad”
En la explanada de tierra señalizada como ‘Lugar de Memoria Histórica de Andalucía’ se dieron cita en la calurosa tarde del viernes unas 200 personas para honrar la memoria de las víctimas. Entre el público, además de familiares, se encontraban representantes del Gobierno andaluz, concejales y responsables del PSOE e IU y dirigentes sindicales de UGT y CCOO.
Pepa Miranda intervino como portavoz de las familias que fueron víctimas de la crueldad con la que se ensañó el bando sublevado. En un relato emotivo y sobrecogedor, la descendiente de una familia de socialistas paduleños explicó la razón que le había llevado a derribar el “muro de silencio” en el que durante años se refugiaron su abuela y sus tías. “Tenemos que recuperar la historia porque esos muertos no nos pertenecen exclusivamente a las familias, esos muertos pertenecen a la sociedad porque ellos fueron los instrumentos en manos de los golpistas para imponer un estado de terror que les facilitaría la eliminación de la república y el establecimiento de una dictadura que sumió el país durante décadas en la más absoluta miseria social, económica y moral. Y ese triste país en blanco y negro lo sufrimos todos”.
Desveló algunos detalles de la vida de su bisabuelo José Miranda Rodríguez, el primer alcalde socialista de Padul, y de su abuelo José Miranda Lara, concejal y fundador de La Alianza, una sociedad obrera cuyo único objetivo era la emancipación económica y social, y la libertad de los trabajadores. La intensa actividad social de padre e hijo, comprometidos con el bienestar de un pueblo agrícola donde se había instalado la miseria y el hambre, terminó por costarles la vida.
“El mundo por el que soñaban se lo iban a desmontar de la forma más brutal que podían imaginar”, indicó Pepa, quien reveló el contenido de una conmovedora carta de su bisabuelo donde relataba la detención y posterior asesinato de su hijo, y presagiaba su fatal desenlace.
La pesadilla de esta familia continuó en los años posteriores. Confiscaron sus pertenencias, algunos de sus miembros fueron encarcelados y recluidos en campos de trabajo; las hijas adolescentes tuvieron que asumir todo tipo de trabajos para mantener a la familia y los más pequeños fueron expulsados del colegio.
Sobre el lugar que un día fue escenario de la barbarie resonaba entre el público las palabras del presidente del PP y máximo responsable de la Diputación de Granada, Sebastián Pérez, hijo del que fuera jefe provincial de la Falange, quien por la mañana se había referido a la Ley de la Memoria Histórica como una ley que “nace desde el odio” y que pretende “reabrir las heridas del pasado”.
Pepa dio cumplida respuesta desde la serenidad y el aplomo que caracterizó todo su relato, sin albergar –dijo- rencor alguno, como queda recogido en el siguiente audio.
La descendiente de los Miranda es consciente que, al igual que otras muchas familias, no podrá recuperar los restos de sus familiares porque “los genocidas no se conformaron con eliminarlo físicamente sino también eliminaron todo rastro de existencia destruyendo documentos, quemando restos o construyendo sobre las fosas”. “Nunca renunciaré a recuperar su memoria porque su espíritu de lucha, su compromiso social y sus ansias de libertad han estado y están a salvo. Antes de su muerte ya habían arraigado en sus hijos”.

Un memorial

El homenaje a las víctimas de la guerra civil, presentado por el periodista de la La Voz de GranadaAgustín Martínez, contó con la participación de José Vicente Pérez, representante de la Oficina de la Vicepresidencia de la Junta de Andalucía en Granada, quien anunció que pronto se presentará el proyecto para instalar en el muro del cementerio un memorial con los nombres de las víctimas. El acuerdo debe ser consensuado con el Patronato de la Alhambra por estar el lugar dentro del Plan Especial Alhambra.
También tomó la palabra Rosario García Segura en representación de las asociaciones memorialistas, quien se refirió a la necesidad de “rememorar para no olvidar” una de las “páginas “más dramáticas” de nuestra historia. “Eran ciudadanos con derechos, gente normal que fueron condenados a la última pena sin juicio justo, por ser contrarios a la rebelión militar de corte fascista que desencadenó la guerra civil”, afirmó Rosario García, quien cree que “se ha pretendido borrar cualquier vestigio de terror institucionalizado que aquí se desencadenó para liquidar la experiencia democrática de la segunda república española”.
Se refirió al lugar como la “gran fosa de la guerra civil” donde desaparecieron 3.720 personas, de las que unas 3.000 están identificadas.
memoria histórica cementerio de San José
Carmen Molina arroja los claveles rojos en presencia de la concejal socialista Ana Muñoz.
El turno de intervenciones lo cerró la delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García, quien aludió al “poder de la palabra para dignificar la memoria de los 4.000 fusilados”. “Es preciso que las generaciones más jóvenes conozcan lo que realmente pasó para no repetir nunca la fórmula de la represión y también es necesario que incorporemos a nuestro presente y futuro el ejemplo de la dignidad de mujeres y hombres a quienes por defender la libertad, la justicia y el progreso les fue arrebatada la vida”.
Al igual que el pasado año no hubo representación del Ayuntamiento de Granada. El concejal de Bienestar Social y Familia, Fernando Egea, excusó su asistencia por motivos personales. El edil independiente fue abucheado hace dos años cuando se inauguró la señalización. Los familiares no le perdonaron que el Ayuntamiento retirara hasta en cinco ocasiones la placa improvisada que colocaban cada 18 de julio.
Hubo oportunidad para escuchar el desgarrador flamenco de una cantaora y su guitarrista, y recordar la poesía del también asesinado Miguel Hernández en boca del periodista Agustín Martínez, quien recitó el poema ‘Sentado sobre los muertos’.
Con anterioridad se había realizado la ofrenda floral a pie de la señalización que recuerda a las víctimas. Allí Carmen Molina, una mujer que perdió a su padre cuando era una niña, desperdigaba por el suelo uno a a uno los claveles rojos de su ramo, “una alegoría de la sangre que aquí se derramó”.
(19-7-2014)