dijous, 10 d’abril del 2014

Facing His Torturer as Spain Confronts Its Past. NYT.


http://www.nytimes.com/2014/04/07/world/europe/facing-his-torturer-as-spain-confronts-its-past.html?_r=0


Traducción Google:

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José María Galante dijo que fue torturado tras ser detenido por sus actividades de protesta anti-franquistas. "Estoy de acuerdo con la idea de la reconciliación", dijo el Sr. Galante. "Pero usted no puede dar vuelta la página."CréditoSamuel Aranda para el New York Times
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MADRID - José María Galante era un estudiante universitario de izquierda cuando estaba esposado en el techo de una cámara de tortura del sótano, con su cuerpo colgando en el aire. Un inspector de policía se rió y se burló de él, poses de artes marciales antes de patear y golpear su cara y en el pecho repetidamente.
El hombre que dice el Sr. Galante torturado él era un matón infame de la dictadura franquista en la década de 1970, más conocido como Billy the Kid por su costumbre de hacer girar su pistola en su dedo. Así que el Sr. Galante se sorprendió el año pasado cuando él encuentra el hombre - que viven en un apartamento espacioso menos de una milla de su propio barrio en el centro de Madrid.
"¿Cómo me sentí cuando lo vi por primera vez? Te tenemos ahora, hijo de puta ", dijo el Sr. Galante, quien agregó:" Estoy de acuerdo con la idea de la reconciliación. Pero usted no puede dar vuelta la página. Tienes que leer esa página antes de encenderlo. "
Esta semana, el Sr. Galante está planeando volver a ver a Billy the Kid, cuyo verdadero nombre es Antonio González Pacheco. Esta vez, será en una audiencia en la Corte Nacional de España, donde el Sr. Galante y otras víctimas son, por primera vez, tratando de procesar al Sr. Pacheco en un caso que se reabre doloroso pasado franquista del país y amenaza el pacto político que España transición ayudado dictadura a la democracia.
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El Valle de los Caídos, donde Franco está enterrado junto a otras 30.000. Los estudiosos dicen que algunos de los enterrados son soldados republicanos que fueron puestos allí sin sus familias que se notifica. CréditoSamuel Aranda para el New York Times
La transición democrática de España ha sido una fuente de orgullo nacional, un período que vio a los rivales políticos hacen compromisos acreditados con permitir que un nuevo país que emerge. La nostalgia del público para ese espíritu político perdido fue evidente el mes pasado con la muerte de Adolfo Suárez, el primer ministro que guió al país en esos primeros años.
Pero el gran acuerdo que permitió que esta transición fue complicada.Después de la muerte de Franco en 1975, una ley de amnistía absolvió a todos - los izquierdistas y los franquistas de derecha - y animó a una especie de olvido colectivo en nombre de la reconciliación. La creencia era que España podría prosperar sólo mirando hacia el futuro, no el pasado.
Para las víctimas como el Sr. Galante, esto significó la puerta a la justicia se cerró de golpe. Durante más de 40 años, los tribunales españoles han negado a conocer de estos casos, citando la ley de amnistía. Así que el Sr. Galante y otros han llevado sus quejas a la Argentina, invocando el principio legal de la jurisdicción universal en las que determinados crímenes, por su magnitud, trascienden las fronteras. Un juez argentino busca ahora la extradición del Sr. Pacheco y otra persona acusada de tortura. Audiencia del Sr. Pacheco el 10 de abril en Madrid es decidir si se concede la petición.
Tribunales españoles suelen ser reacios a extraditar a ciudadanos españoles.Pero sea cual sea el resultado, el caso argentino está provocando viejos demonios en España. Los críticos dicen que España debe hacer frente a su pasado e incluso hacer a un lado la ley de amnistía. Otros advierten que ello podría dar lugar a una serie de acciones judiciales, llegando incluso a la élite del país.
Hoy en día, la política española, los negocios y la ley todavía se rocían con personas que tienen vínculos directos o indirectos con el régimen de Franco.La semana pasada, un abogado de las víctimas pidió al juez argentino para presentar cargos contra cinco ex ministros de la época de Franco.
"Es sólo que no creo que sería bueno para el país", dijo Ramón Jáuregui, un legislador con el Partido Socialista de la oposición, que se opuso a Franco durante la década de 1970, pero se resiste a romper el pacto de amnistía."No sabemos dónde comienza y donde termina. Si tenemos a alguien que era un torturador en 1970, ¿por qué no vamos a ir después de algunos ministros en el gobierno de Franco que todavía están vivos? ¿Por qué no los tribunales? ¿Dónde ponemos el límite? "
El Gobierno de España ya se enfrenta a la creciente presión de las Naciones Unidas. Pablo de Greiff, un relator especial de las Naciones Unidas, dijo que España "se quedó atrás" otros países europeos para hacer frente a su pasado reciente. Dijo que el gobierno de España se había hecho muy poco para ayudar a las víctimas del franquismo, y recomendó la anulación de la ley de amnistía para que los juicios podían seguir adelante, ya sea en Argentina o en España.
"Algunos problemas no desaparecen," El Sr. de Greiff, el relator especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, dijo en una entrevista. "Ellos no pueden ser barridos bajo la alfombra. La gente, como es lógico, no se olvide ".
Franco era un contemporáneo de Hitler y Mussolini, aunque su dictadura duró hasta la década de 1970 y su legado es más complicada, y disputada. No muy lejos del apartamento del Sr. Pacheco, el Nacional Francisco Franco Fundación sirve como el guardián de la herencia franquista. La pequeña oficina es como una cápsula del tiempo de la dictadura: Retratos de Franco cuelgan de las paredes, mientras que una pequeña pantalla ofrece souvenirs Franco camisetas y otros recuerdos.
"Desde que los Reyes Católicos, Franco estaba en el poder por más tiempo, y con el apoyo más público", dijo Jaime Alonso, portavoz de la fundación y el segundo al mando. "Él tenía un gran apoyo popular hasta su muerte - a pesar de lo que afirman los propagandistas."
El Sr. Alonso, abogado, argumenta que Franco no era un dictador y se burla de pruebas de trabajo forzoso y las atrocidades de la posguerra. "Lo que está sucediendo ahora es la necesidad de la izquierda tiene que deslegitimar la historia", dijo Alonso.
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Jaime Alonso, un funcionario de la Fundación Nacional Francisco Franco, se burla de la evidencia de las atrocidades. "Lo que está sucediendo ahora es la necesidad de la izquierda tiene que deslegitimar la historia", dijo.CréditoSamuel Aranda para el New York Times
La mayoría de los historiadores coinciden en que Franco supervisó un régimen que pisotea las libertades civiles ya menudo gobernada por el miedo y la impunidad.
Durante varios años, las asociaciones privadas dirigidas por los descendientes de las víctimas franquistas han presionado para la exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil española y la dictadura. En los últimos años, se reveló que miles de niños fueron secuestrados de familias republicanas y colocados en instituciones o adoptados por familias leales a Franco.
La controversia también rodea el Valle de los Caídos, el santuario masiva cima de la montaña donde Franco está enterrado junto a otras 30.000.Franco llamó al santuario un símbolo de la reconciliación. Pero los eruditos dicen ahora que algunos de los enterrados son soldados republicanos que fueron puestos allí sin sus familias siendo notificados.
En 2008, el juez Baltasar Garzón, magistrado de cruzada conocida por fomentar la controversia, se abrió una investigación para investigar los crímenes de lesa humanidad durante la época franquista. En dos años, la investigación del juez Garzón fue cerrada después que un grupo de extrema derecha (representada por D. Alonso de la Fundación Franco) presentó una demanda acusándolo de excederse en su autoridad judicial.
Finalmente, el Tribunal Supremo de España lo sacó de la banca después de descubrir que había utilizado erróneamente escuchas ilegales en un caso diferente - un hallazgo que sus partidarios dicen que fue por motivos políticos. "En mi caso, fue un ejemplo de matar al mensajero", dijo el juez Garzón en una entrevista. "Lo que no entiendo es, sí, la transición fue muy bien - en el momento de la transición. Pero ellos no entienden que ahora, el gobierno no está permitiendo el acceso a la verdad, a la justicia ".
Uno de los abogados del caso Pacheco, Carlos Slepoy, dijo que las autoridades españolas han tratado de descarrilar su procesamiento, también, incluso en declaraciones se han tomado en las embajadas argentinas en todo el mundo.Grupos de víctimas españolas han viajado a Argentina para ofrecer testimonio.
"En un principio, había dos familias y algunas organizaciones de derechos humanos que establecen esta en movimiento," dijo el Sr. Slepoy. "Ahora, hay 350 demandas, innumerables declaraciones y un gran movimiento de apoyo público".
Ángel Llorente, un funcionario del Ministerio de Justicia de España, dijo que el Gobierno estaba cooperando con el juez argentino, y ha permitido que el proceso de extradición para continuar. Sr. Pacheco y sus abogados no pudieron ser contactados para hacer comentarios, a pesar de los repetidos esfuerzos. Él no ha hablado públicamente sobre las acusaciones de tortura en su contra.
Sr. Galante, el hombre acusando al Sr. Pacheco de la tortura, ya ha declarado en Argentina acerca de sus experiencias en la década de 1970 - un período en que los abusos de la dictadura supuestamente habían terminado. Fue detenido varias veces por protestar y unirse a un sindicato estudiantil antifranquista ilegal. En custodia, dijo el Sr. Galante, fue golpeado en los genitales y se somete a una forma de ahogamiento simulado.
"Billy el niño tenía una sensación de impunidad tal", dijo. "Él nunca pensó que iba a quedar atrapado. No creía que nunca acerca de la obtención de información. Él sólo quería golpear a la gente ".
El año pasado, el Sr. Galante y otros comenzaron su búsqueda de él.Descubrieron que había fundado una empresa de seguridad privada. Más tarde, un contacto facilitó una copia de su número nacional de identidad, que les ayudó a descubrir que había competido en el maratón de Nueva York y una media maratón de Madrid.
Por último, se encontraron con su discurso, no muy lejos del Estadio Bernabéu del equipo de fútbol Real Madrid. "Hicimos lo que solía hacer con nosotros: Un grupo de nosotros se interpondría en el barrio, y si lo vimos, nosotros lo seguiría", dijo. "La primera vez que lo vimos, estaba corriendo.Tuvimos que fingir que estábamos corriendo, también. "