dimecres, 9 d’octubre del 2013

EL PENAL DEL DUESO (SANTOÑA)


http://lasmerindadesenlamemoria.wordpress.com/2012/12/19/el-penal-del-dueso-santona/


Lugares del horror para Las Merindades XXV
¿Qué fue de nuestras gentes tras la caída de Santander? El triangulo del horror que formaron Burgos, Santander y Bilbao, tuvo un vértice en la prisión de Santoña, el penal del Dueso, lugar desde donde se posibilito la resistencia de un año en el norte de Burgos.
Este centro penitenciario, construido a principios del siglo XX, durante la República había sido utilizado como Colonia Penitenciaria y en él estuvo Sanjurjo tras su fallido golpe. El Penal fue tomado el 25 de agosto de 1937 por las tropas facciosas.  Tras la rendición de los milicianos nacionalistas vascos a los rebeldes en Santoña, toda la villa fue un lugar de detención. Se establecieroncuatro campos en Santoña: Penal del Dueso, Instituto Manzanedo,  Cuartel de Infantería y el Fuerte de San Cristóbal. Encerraban  unos 1.200 prisioneros. En las cercanías hubo otros campos de prisioneros: En Laredo en los locales de las escuelas y diferentes edificios del pueblo con 8.000-9.000 prisioneros— y en diversos edificios en Castro, otros 10.000 prisioneros.
Vicente Belmonte, en su emotivo y terrible relato Prisioneros de Guerra nos describe así el penal del Dueso y su vida:
El penal estaba cercado por un largo muro, formando una periferia irregular. Por encima de él se veían las garitas de los centinelas. En el centro se levanta el viejo edificio carcelario, llamado allí Periodos, compuesto en su interior de lúgubres celdas en los laterales de las galerías, formando calles en la planta baja y en varios pisos encima. A su alrededor hay otros pabellones nuevos, sin celdas, compuestos de salas amplias con grandes ventanales y varios pisos.  Entre estos edificios y el muro exterior hay una  extensión de terreno cultivable de varias áreas, pertenecientes al penal. Si nos situamos en el centro de la penitenciaría, de espaldas al monte y al mar, tendríamos detrás de nosotros la montaña del cabo, interpuesta entre el penal y el mar Atlántico; a nuestra izquierda, la bahía de Santoña, siguiendo una montaña de bastante altura; enfrente, una extensión de tierra baja de cultivo, muy fértil, cortada a los lejos por gran masa de montañas; por nuestra derecha, veríamos otra bahía, una playa y el cementerio del penal…
 …La comida era fatal. Por las mañanas un cazo de caldo de simiente de algarroba molida y hervida la harina, o de huesos de animales cocidos, a lo que llamaban café. Los primeros sólo eran parecidos a éste último en el color, los segundos, en nada, y aparecía por encima una capa blancuzca maloliente de gusanillos. Al mediodía, otro cazo de caldo de lechugas hervidas, de coles, de remolacha o zanahorias, sin aceite, con mucha suciedad de tierra, algún animalejo cortado, como babosas, y otras cosas repugnantes, y otro igual por las noches. Esta bazofia parecía en el plato agua sucia de fregar, pero ante tanta hambre, se engullía sin reparos. Patatas, cereales, legumbres, no aparecían por ninguna parte. También el pan estaba de allí ausente; cuando lo daban, consistía en una borona de maíz del tamaño de un huevo de gallina para todo un día. Pero repetidas veces las suspendían durante periodos de 30, 40 y hasta 90 días, sin este pan siquiera….
…Había en aquel penal varios guardianes, que por su saña maligna contra los presos, éstos tenían motejados a todos ellos: El Rápido, el Alemán, Pescadilla, el Chato de Laredo o Quinoya. Este último era el más sobresaliente en maldad…
…Entre tantos presos, se veían varios cuya vestimenta apenas conservaba algunos trocitos de su tejido original, pues habían ido poniendo remiendos de todas clases y colores, de trapos, trozos de saco, de lona, de manta, por no tener en su situación otro remedio. Estos destacaban entre todo el resto de los presos por su extravagante y pobrísima indumentaria. En todos aquellos años de posguerra no daban a los presos ropa ni calzado y cada uno tenía que arreglarse con lo que poseía. Por la basura y por todos los rincones que encontraran trozos de sacos de los paquetes postales que entraban, o de cualquiera otra clase de tejido, los cogían para remiendos o para hacer cuerda, con la cual cosían suelas de alpargatas. Para ello, tratándose de sacos, los deshilachaban y hacían tales cuerdas, y con trozos de lona, manta, cualquiera tela y todo cuanto fuera servible, los cortaban de forma adecuada, los cosían sobre las suelas a la medida de sus pies, y ya tenían alpargatas nuevas, la mayoría muy bien hechas…
…El trato que daban a los dementes era extraordinariamente inhumano. Cuando se cogían a las rejas gritando con desesperación, entraban los guardianes y les daban golpes por todas partes con las porras, hasta hacerles perder el sentido. Permanecían constantemente en sus celdas, como sepultados en vida…
…Los condenados a muerte eran ejecutados en las madrugadas en el cementerio de la playita. Desde las celdas de Periodos se oían los disparos en cada “saca”. ..
,,,Había actividades políticas en el penal, a pesar de la extrema calamidad en que vivían los reclusos: hambre, castigos, estrecha vigilancia, frío y toda clase de incomodidades. Una selección de hombres, de probado temple democrático, se organizaban en una actividad clandestina…
… La miseria era tan abundante que tuvieron que instalar una cámara de desinfección. Aquella hacinación producía la abundancia de piojos, chinches, pulgas y ladillas. Era obligatorio que los grandes ventanales, a la altura de alrededor de un metro del piso de las salas, estuvieran abiertos de par en par día y noche, tanto en el buen tiempo como en el malo Aunque esto era una medida de higiene, tan incompleta y en la forma que se hacía, lejos de cortar la proliferación de los parásitos, producía resfriados, bronquitis y pulmonías que, en muchos casos, terminaban con el débil soplo de vida de los más depauperados…
En 1938 y 1939, celebrados ya los consejos de guerra, El Dueso, retuvo 3.110 presos en 1938 y 3.342 en 1939, hacinamiento, además de lo común de las cárceles como era el hambre, la falta de higiene, las enfermedades… Entre los muchos detenidos en El Dueso podríamos encontrar, a Ramón Rubial o el dramaturgo Antonio Buero Vallejo y el poeta José Hierro. El mayor número de los reclusos de este penal eran sentenciados a pena de muerte por fusilamiento en espera de su traslado a Santander para ser ejecutados al día siguiente. De la prisión del Dueso y bajo la custodia del jefe del piquete de ejecución, salían en camiones y eran conducidos a la tapia del cementerio de Ciriego de Santander, para su ejecución y posterior “desaparición”. En el mismo penal también se ejecutaba por medio de garrote vil. Calculan que en El Penal de El Dueso se ejecutaron más de un millar de sentencias de muerte.
LISTADO PROVISIONAL De CIUDADANOS DE LAS MERINDADES QUE MURIERON EN EL DUESO
López Faces, Moisés: nacido en Arreba (Burgos) o Arnedo (Logroño) hacia 1897 o 1909, hijo de Víctor López y Prudencia Faces; soltero, labrador, fue encarcelado en el Penal del Dueso (Santoña) y fusilado en el cementerio santoñés de Berria el 28 de octubre de 1937
Ruiz Martín, Bibiano.  Nacido en San Martín de las Ollas hacia 1905 o 1917, hijo de Nicolás Ruiz y Bonifacia Martín; soltero. Era electricista de 32 años, se refugió en Santoña tras el inicio de la guerra, y fue ejecutado en El Dueso el 28 de octubre de 1937.
Ruiz Ruiz, Jesús. Nacido en Cidad de Valdeporres hacia 1915, hijo de Manuel Ruiz y Bernardina Ruiz; soltero, de 22 años, era labrador. Se refugió en Satoña tras el inicio de la guerra, y fue ejecutado en El Dueso (Santoña) el 28 de octubre de 1937
Sáenz Bocos Eloy 22 años labrador  Arreba de Manzanedo Ejecutado  en el Dueso 28/10/1937 o Saenz (o Sanz) Arteaga, Eloy: nacido en Arreba o Arteaga (¿Vizcaya?) hacia 1898-1902, hijo de Alejandro Sáenz y Juana Arteaga;  vecino de Arreba o Arteaga, soltero o casado, jornalero o barrenador, fue ejecutado en el Penal del Dueso (Santoña) el 28 de octubre de 1937. Tenía 35 o 39 años, o bien 22 años. Parece ser que Eloy Saiz Bocos si estuvo en el Dueso pero no murió allí ejecutado. ¿??¿
Vallo Vivancos, Vicente de 53 años empleado. Muere en el Dueso el 18-3-44
Villa Angulo Juan jornalero de Entrambasaguas Valle de Mena.  Ejecutado en Santoña.
OTRAS INFORMACIONES

·         Un interesante trabajo que recoge la historia del penal SANTOÑA Y LA COLONIA PENITENCIARIA DE EL DUESO Raquel  Collado