dilluns, 16 de setembre del 2013

El Año Vidal i Barraquer reconocerá la figura del cardenal que murió exiliado


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Un ciclo de conferencias, la edición de documentos históricos y una exposición conmemorativa configuran el programa de actos del Año Cardenal Vidal i Barraquer que, organizado el Arzobispado de Tarragona, reconocerá la figura de este Primado de España, que murió en el exilio en 1943 tras ser perseguido por anarquistas y franquistas.
El vicesecretario de la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), Norbert Miracle, y el director del Archivo Histórico Archidiocesano de Tarragona y profesor de Historia, Manuel Fuentes, han presentado hoy en Barcelona el "Año Vidal i Barraquer", que comenzará el próximo día 12 con una misa en la catedral de Barcelona y un solemne acto en el Seminario tarraconense, con la participación de varios obispos catalanes y el abad de Montserrat, entre otros.
"Vidal i Barraquer merece un elogio, un reconocimiento, que siempre se le ha negado por parte de algunos sectores del resto de España", ha dicho Manuel Fuentes, que ha estudiado documentos y correspondencia inédita del cardenal.
El Año Vidal i Barraquer se celebrará con ocasión del 70 aniversario de su muerte, que ocurrió en Friburgo (Suiza) en 1943.
Francesc de Assis Vidal i Barraquer nació en Cambrils (Tarragona) en 1868 y se ordenó sacerdote tras ejercer muchos años como abogado "por eso era un hombre de orden que siempre defendió la legalidad", ha explicado el historiador archidiocesano.
Se enfrentó a Primo de Rivera para defender el uso del catalán y, aunque nunca fue independentista, si ejerció de catalanista, lo que le valió numerosas críticas de la derecha española.
Manuel Fuentes ha recordado que al proclamarse la República mostró su predisposición a reconocerla y a establecer algún convenio de reconocimiento de la Iglesia, pero al estallar la Guerra Civil tuvo que huir de los anarquistas y se refugió en el Monasterio de Poblet (Tarragona), donde fue detenido por los milicianos de la FAI.
Fue salvado in extremis del fusilamiento por la intervención personal del conseller del Gobierno catalán Ventura Gassol y de su presidente Lluís Companys, que consiguieron que viajara a Italia.
Vidal i Barraquer se negó a firmar en 1937 la carta colectiva de todos los obispos españoles reconociendo el régimen franquista, lo que le valió el exilio permanente y muchas presiones para que renunciara al cargo, aunque recibió el apoyo de la Santa Sede.
Franco le declaró "incompatible con la Nueva España" y sobre él pesaron acusaciones de todo tipo, incluso de "separatista".
"Eso era absurdo porque era un hombre de orden y leyes, respetaba y hacía cumplir la legalidad vigente y las decisiones democráticas del pueblo y posiblemente si viviera hoy estaría de acuerdo con celebrar una consulta por el derecho a decidir pero dentro de la legalidad", ha explicado Fuentes.
"Siempre insistió en el valor de la paz y la reconciliación y escribió 'nada de venganzas, caridad y caridad, por encima de todo y contra otros vientos que puedan soplar en otros lugares'", ha recordado el historiador.
Aunque inicialmente fue enterrado en la cartuja de Valsainte (Suiza), dejó testado que quería reposar algún día en Tarragona.
Para cumplir sus deseos en 1978 sus restos fueron trasladados a la catedral de Tarragona, donde está enterrado actualmente.
Norbert Miracle ha denunciado que por su renuncia a firmar la carta que reconocía a los militares franquistas "aún hoy, 70 años después, le quieren hacer pagar aquello silenciándole".
El director del archivo archidiocesano ha confirmado que Vidal i Barraquer "levanta filias y fobias porque fue un hombre y un clérigo muy singular e interesante".
Desvelar su figura y descubrir su evolución durante el exilio es uno de los objetivos del Año Vidal i Barraquer, que incluirá un ciclo de conferencias entre abril y mayo del año próximo en el que se explicará la vida de un cardenal "que evidentemente no era 'rojo' y que nos demostró que hay otra manera de hacer las cosas".
"Es un icono de los hombres que se encuentran dentro de un conflicto y buscan una solución sin dejarse arrastrar por el conflicto. Su divisa era: Todo por Dios, nada por la política", ha resumido Fuentes, que ve en la figura del cardenal Vidal "un referente ético que puede ayudarnos en la situación de hoy en día".