Los análisis de ADN realizados en los restos un total de doce personas enterradas en una fosa común del cementerio de Paterna (Valencia) han permitido identificar a cuatro personas fusiladas en durante la Dictadura franquista. Se trata de José Celda, Francisco Fenollosa, Ramón Gandia y Manuel Gimeno Ballester.
Así lo ha anunciado este martes en rueda de prensa el coordinador del Grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica (GPRMH), Matías Alonso, junto a los familiares de los identificados en la fosa, entre ellos, Pepica, vecina de Masamagrell, que hace ahora cuatro años inició la "lucha" por recuperar el cuerpo de su padre para y que hoy ha vivido con "alegría" el ver que "por fin" podrá llevarlo a descansar junto al de su madre.
"Muchas veces pensé que no lo conseguiríamos, ha costado mucho", ha pero Pepica Celda siempre ha tenido en mente las últimas palabras de su padre, "que él no había hecho daño a nadie y que fuéramos con la cabeza bien alta", ha confesado.
En un primer momento, se pensaba que únicamente los restos de José Celda estarían en un ataúd, junto a una botella en la que figuraba su nombre y la fecha de fusilamiento, en 1940. Sin embargo, los trabajos del grupo Paleolab han permitido localizar un total de 12 ataúdes y 12 botellas. "Doce viudas se arriesgaron, tanto como el enterrador, Leoncio, para meter sus fusilados en ataúd con su nombre en una botellita" que los identificara.
"Para mí, --ha dicho Matías Alonso-- es un mandato en el tiempo. Querían decir: sacadlos de aquí en cuanto podáis".
De ellos, cuatro han tenido una identificación positiva, en cinco casos no se ha podido hacer lectura de ADN, otros dos sí tienen ADN pero el papel de la botella estaba muy deteriorado para leer su nombre y no se conocen familiares con quienes cotejarlos.
Un último, caso, el "más doloroso", ha reconocido Alonso, es el de los restos del que "seguramente" sería un hombre también fusilado y buscado por su familia, pero cuyos análisis no han podido identificar con "certeza" su identidad.
El trabajo en esta fosa común, en la que se cree que yacen más de más de 200 personas, ha apuntado Alonso, "seguramente" será el último que se pueda hacer con las ayudas que desde 2007 concedía el entonces Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en base a la Ley de la Memoria Histórica, para poder llevar a cabo este tipo de exhumaciones. Pepica se acogió a la última subvención que otorgó aquel Ministerio de Presidencia.
Los restos de los familiares identificados serán devueltos a sus familias en pequeñas cajas el próximo 12 de abril, en un acto que tendrá lugar a las 11.30 horas en el cementerio de Paterna. Al día siguiente, se les rendirá un homenaje en su pueblo, Masamagrell, a las 19.30 horas y el 14 de abril, coincidiendo con la conmemoración de la Segunda República española, los restos que no hayan sido reclamados se devolverán a la fosa común.
"Por primera vez tenemos la oportunidad de confluir en un homenaje por encima de nosotros mismos, por encima de banderas y colores" en pro de los "valores que decimos procesar todos con la Constitución", ya que estas personas no usaron el fusil en la Guerra Civil, sino que fueron fusilados después "por sus ideas" y sus "valores", ha subrayado Alonso.
Para antes de esa fecha, el coordinador del GPRMH ha realizado un "llamamiento urgente" por encontrar a los familiares de la cuarta persona identificada, Manuel Gimeno Ballester, de quien no se conocen allegados, para que decidan si quieren llevarse sus restos o dejarlos donde estaban. Si nadie los reclama, volverán a la fosa el 14 de abril. Por ello, ha pedido al Ayuntaminto de Paterna que habilite algún sistema para poder recuperar más adelante, estos u otros restos que se podrían identificar con otras técnicas en un futuro.
"MANDATO MORAL"
Para el nieto de Francisco Fenollosa, José Bosch, recuperar a su abuelo era "un mandato" de su abuela. Ella le dijo que "hiciera todo lo posible por recuperar al abuelo para llevarlo junto a ella". Ahora puede cumplir lo que "ella siempre había querido" y espera que "todos puedan recuperar a sus familiares".
En el caso de Agustí Peiró, llevar a su tío Ramón Gandia junto a su tía era también un "mandato moral" que él no podía hacer otra cosa que "obedecer". "No es un acto de reparación de lo que pasó en esa época pero sí de "justicia poética", ha manifestado.
A su entender, "si los asesinaron, el Estado debería tener alguna reparación con estas personas". "No se les aplicaron las garantías de los juicios, fueron ajusticiados. Muchos fueron fusilados en 1940, ya acabada la Guerra Civil, con lo que fue una represalia pura y dura. el Estado estaría obligado a algún acto de reparación política", ha concluido.
Europa Press