dijous, 18 d’octubre del 2012

Franco y los judíos

http://www.foroporlamemoria.info/2012/10/franco-y-los-judios/


Pilar Rahola. La Vanguardia, - 17 octubre 2012
Pese a la oferta de Hitler, Franco dejó que mataran a miles de judíos que podía haber salvado

17/10/2012 PILAR RAHOLA
Me escribe Eduardo Martín de Pozuelo al inicio de su linda dedicatoria: “Para Pilar este pedazo tan oscuro y obsceno de nuestra historia reciente, que hay que contar y se tiene que saber”. El “pedazo” al que se refiere es el de la relación entre Franco y el exterminio nazi de los judíos. Su libro El franquismo, cómplice del holocausto es una patada a la cara del tópico que hasta ahora había adornado al franquismo y que lo convertía en una especie de ángel protector. Nada más lejos de la realidad, y este magnífico trabajo, que Eduardo ha preparado durante años y que lo ha llevado a consultar archivos secretos de Holanda, Inglaterra y Estados Unidos, es la verdad desvelada de otro oscuro episodio de la dictadura. Gracias al esfuerzo de su autor, este libro muestra los datos y la documentación que permite saber que, a pesar de la oferta de Hitler, Franco dejó que mataran a miles de judíos sefardíes que podrían haber salvado la vida.
Y si hubo algunos centenares que consiguieron pasaporte español y no acabaron en los campos de exterminio, no fue por la dadivosidad franquista, sino por el trabajo excepcional de algunos diplomáticos españoles, como Ángel Sanz Briz en Budapest , o el cónsul de Salónica, Sebastián Romero Radigales, que hicieron esta labor al margen de las autoridades. De hecho, el franquismo los relevó cuando conoció sus actividades. Según Eduardo, todo el cuerpo ideológico del franquismo, con la Falange a la cabeza, había asumido completamente las tesis nazis sobre los judíos, y la propaganda posterior del régimen convirtió el contubernio judeomasónico en uno de sus cantos de guerra predilectos.
Además, la hemeroteca, a la que el libro hace nutrida referencia, está llena de artículos franquistas del estilo “avalancha de hebreos, arpías, rojillos y engañados en la frontera de Gerona”, o el sainete conocido de “judíos y separatistas”. No hay que olvidar que en la retórica del régimen, catalanes y judíos iban muy a menudo a la par.
Pero lo realmente importante, y que el libro desvela de forma inapelable, es que Franco tuvo en sus manos la vida de miles de sefardíes, y uno tras otro, decidió que corrieran la suerte de los campos de exterminio. Y no sólo eso, sino que tuvo cuidado de que “los bienes de los judíos españoles dejados atrás (leer deportados) al salir de Francia, Bélgica y los Países Bajos serán administrados por los cónsules españoles por ser bien nacional de España. Berlín, 25 de febrero 1943″. Fue así como millares de judíos sefardíes se convirtieron en humo, asesinados en los campos, a pesar de que Hitler los había ofrecido a España, como país amigo. Pero Franco decidió su muerte. Con este libro cambia la historia de los judíos sefardíes y su terrible tragedia. Porque ahora ya sabemos que el dictador no fue su ángel, sino el aliado implacable del macabro demonio que los exterminaría